En su última conferencia a cargo del Banxico, Agustín Carstens reconoció que la inflación no cedería tan rápido como el organismo financiero había pronosticado, con impactos principalmente por altos precios en el gas LP. El último reporte del Inegi confirmó este escenario, alejándose cada vez más de su objetivo que es 3%. 

En la primera quincena de noviembre la inflación creció 0.92 en contraste con la quincena pasada y 6.59%  frente al año anterior, claramente afectada por los incrementos en la no subyacente, que fue de 2.79 y 11.98%, en su comparación quincenal y anual, respectivamente.

Ayer, Carstens dijo que este tipo de inflación no cedería, principalmente por los energéticos, pues a pesar de que tuvieron una tendencia a la baja a mitad de año, vuelven a repuntar, principalmente por el gas LP. Este concepto creció 13.9% frente a 2016 y 3.58 frente a la primera quincena de octubre.

Otro factor que se interpuso en la posibilidad de que la inflación bajara fue el de tarifas autorizadas por el Gobierno, afectadas por los sismos este año crecen en 13.90%, de acuerdo con el Índice Nacional de Precios al Consumidor. 

Las frutas y verduras tampoco ceden y se encuentran en incrementos históricos. Esta quincena tuvieron un avance de 14.75% en contraste con la misma quincena del año anterior y de 2.48 frente a la quincena pasada.

Carstens reconoció que la inflación seguirá arriba de 6% para el cierre de 2017 pero ya no asegura que pueda regresar a su objetivo -que es de 3%-, pues pronosticó que para 2019 estará rondando apenas el 3.5%. 

Las presiones están volcadas principalmente en las negociaciones del TLCAN y una política fiscal endurecida por parte de Estados Unidos, lo que generaría volatilidad y por tanto, depreciación en la moneda mexicana frente al dólar. En tanto que reconoció que el incremento salarial recién aprobado no implicará presiones importantes en la inflación.