Agustín Carstens aceptó que comparte algunos de los objetivos que plantea Andrés Manuel López Obrador, sin embargo la percepción que tiene sobre el líder de Morena es la de ser "una incógnita".

Cuando Carstens es cuestionado sobre si coincide con la apreciación de que López Obrador es un peligro para México, él prefiera señalar que a pesar de los deseos que ha expresado, "la verdad es que no ha sido claro cómo haría las cosas". Aunque advierte que no teme que ante un eventual arribo a Los Pinos invadiera la autonomía del banco central. "Él ha dicho que la respetará".

Sobre Meade también es prudente, cuando se le cuestiona sobre sus chances presidenciales: "Tengo muchas simpatías por él, pero no es el único con el que yo pensaría que México puede hacerla bien", dijo entrevistado en el programa Despierta.

Es ya de sus últimas entrevistas al frente del Banco de México. Y en ese contexto asegura que el banco es fuerte y está diseñado para soportar quedarse sin un gobernador. "Además, mi voto representa solo el 20% de los votos".

Y aunque asegura que deja encaminada la inflación para alcanzar su objetivo de 3%, lamenta que no haya logrado acelerar el proceso. "Mucho se debe a precios que no están bajo control de política monetaria como lo son los agropecuarios, los energético", justificó.

Sobre el tipo de cambio, vuelve a insistir que el peso está subvaluado y que el nivel que ahora tiene presenta sobre todo la expectativa del mercado más pesimista sobre el final de las negociaciones del TLCAN. En su opinión, la moneda debería estar en niveles de entre 17 y 18 pesos por dólar.

Y también viene la defensa sobre las críticas desde el Gobierno de la Ciudad de México por la postura que había tenido Carstens ante el alza en el salario mínimo, que lo responsabilizaban por haber influido en que la Conasami no realizara un mayor incremento.

"Me hace mucho favor (Miguel Ángel Mancera) al decir que soy tan poderoso que puedo influir yo en esa negociación. El Banxico ni siquiera está sentada en la mesa de la Consami", contestó Carstens.

En ese sentido explica que el Banxico solo alertó que si había un aumento desproporcionado del salario mínimo pueden pasar cuatro cosas de las que tres no son buenas. En un escenario, las empresas manufactureras -las más beneficiadas por el tipo de cambio- pueden pagar los salarios sin mayor problema.

Pero existe la posibilidad de que en otras empresas -sobre todo las de servicio- no logren sortear estos costos y tengan que correr a sus empleados, subir los costos o migrar a la informalidad.

Cerró la entrevista reflexionando sobre una de las frases más recordadas: que la economía presentaría un "catarrito" ante los malos resultados de crecimiento económico en Estados Unidos.

"Fue un catarrito fuerte pero corto", afirmó tras reflexionar al respecto. Luego bromeó: "Y ése va a ser mi epitafio: murió por un catarrito".