José Antonio Meade reunirá mañana jueves a los dirigentes estatales del PRI de todos los estados. De este modo el candidato seguirá con su itinerario que tiene por objetivo asegurar de modo casi obligatorio el voto duro y estructural del tricolor.

En paralelo el ex secretario de Hacienda comenzará a armar el itinerario de su primera gira ya en pre campaña que tendría por objetivo los estados del sur del país, donde es muy fuerte Morena y Andrés Manuel López Obrador.

También les pedirá a los dirigentes estatales que busquen sumar candidatos ciudadanos el año próximo y en lo posible en posiciones centrales. Empresarios de cierto éxito, deportistas, miembros de ONGs, personalidades de la academia, son los perfiles recomendados para afrontar ese axioma a partir del cual se construye la campaña: en este momento en México hay más voto anti priista que priista.

En este sentido, el caso de éxito al cual se apela desde Los Pinos es el de Quirino Ordáz en Sinaloa. Un hombre de negocios de mediano éxito, de cercanía al PRI pero nunca candidato ni funcionario, que no figura en los planes de nadie y llegó como candidato y arrasó. El hecho de que no perteneciera a ninguna facción del PRI sinaloense lo ayudó a unificar a todos los grupos mediante un equilibrio de posiciones. Ese es el caso que a Meade le interesa para candidatos en gubernaturas y alcaldías.

Meade ya tiene detectados quiénes son los dirigentes que más podían recelar de su candidatura, en particular por su llegada a la vieja guardia del partido. En las próximas semanas, estos tendrán un trato preferencial.