A pesar de toda la rebeldÃa y discursos contra el presidente, los largos sermones de John McCain sobre retornar al Senado a sus procedimientos parlamentarios, las renuncias indignadas y las condenas y promesas contra el incremento al déficit, hoy los senadores republicanos pasaron una reforma fiscal que, de acuerdo con el análisis más reciente de la Oficina de Presupuesto del Congreso, incrementará en un trillón y medio de dólares (en inglés) el déficit. Con 51 votos a favor y 49 en contra, el vicepresidente Mike Pence anunció que la ley pasó a la 1:50 de la mañana, con prácticamente cero debate o revisión.
El único que votó contra los intereses del partido fue el senador Bob Corker, quien hace tres dÃas tuvo la oportunidad de frenar la propuesta en comisiones pero se negó a votar con los demócratas. Su voto rebelde anoche no sirvió de nada para detener la legislación.
Los otros rebeldes, John McCain, Lisa Murkowski y Susan Collins, quienes en verano detuvieron los esfuerzos republicanos por repeler el sistema de salud Obamacare, se alinearon a los intereses partidistas.
Aunque a los republicanos los unen cosas como los valores judeo-cristianos, el conservadurismo, y la creencia en un Gobierno Federal reducido, lo cierto es que su pilar, la razón por la que los billonarios financian sus campañas, es una: recortes fiscales. Desde la era de Ronald Reagan el partido se casó con la idea económica del goteo, la que dicta que beneficiar a los ultra ricos en el largo plazo beneficia a toda la población y dispara la economÃa.
George W. Bush lo hizo y el resultado fue, en parte, el desplome de la economÃa en 2008 y un incremento al déficit de 1.5 trillones de dólares (en inglés). Al final del dÃa los grandes ganadores serán las corporaciones, quienes recibirán un recorte de 42% respecto a lo que pagan actualmente, y los super ricos, para quienes eliminaron el impuestos a las herencias.
La ley fiscal y de recorte de impuestos más grande de la historia acaba de pasar en el Senado. Ahora estos grandes republicanos irán por el paso final. ¡Gracias a los republicanos en la Asamblea y el Senado por su trabajo duro y compromiso!
Los donantes son poderosos, y como lo confesó el senador Lindsey Graham, si no lograban pasar los recortes fiscales, "las contribuciones van a parar"; o en las palabras del asambleÃsta Chris Collins: "Mis donantes básicamente me dijeron ‘hazlo o no vuelvas a llamarme'. No importa que estén ideológicamente en contra de la reforma, en este momento todos en el Congreso saben que es un asunto de vida o muerte para el partido. Si fracasan, los que hoy financian sus campañas empezarán a inyectar esos fondos en candidatos republicanos que los reemplacen; sin mencionar que llegarÃan a las elecciones del próximo año sin una sola pieza importante de legislación.
Hoy, la reforma fiscal es un Frankenstein lleno de artÃculos y previsiones que no tienen nada que ver con los impuestos; un monstruo diseñado para conquistar a diferentes facciones republicanas. Incluye, por ejemplo, una previsión que elimina la prohibición que pesa sobre las iglesias de ejercer activismo polÃtico, lo que abre la puerta para que sectores ultra conservadores donen más dinero a su polÃtico republicano favorito, y eso sólo es una forma en que podrÃa ser explotada. Recordemos que instituciones con mucho dinero, como la iglesia de la CienciologÃa, podrÃan intervenir en polÃtica.
Hay otra que permite a los contribuyentes deducir ahorros destinados para un "niño en el útero". No suena como mucho, pero al incluir el lenguaje en la legislación abre la puerta para condenar el aborto. Estas dos provisiones, que nada tienen que ver con impuestos, fueron creadas exclusivamente para conquistar el voto del sector evangélico de la Asamblea de Representantes.
Otro artÃculo extraño autorizarÃa la explotación petrolera de una región protegida en Alaska, incluida para seducir a la senadora de aquel estado, Lisa Murkowski, que hace unos meses contribuyó en hundir la ley de salud de Trump en el Senado.
Pero lo más grave es que en unos años, para volver a balancear el déficit, van a recortar programas sociales de salud y combate a la pobreza. Es decir, los sectores más vulnerables tendrán que financiar un recorte para el 1% de la población norteamericana.
Lo trágico para los republicanos es que se trata de una ley impopular que tendrá consecuencias inmediatas para sus votantes. Prácticamente le están entregando a los demócratas la redacción de sus comerciales de campaña para 2018, y lo más probable es que pierdan su dominio en el Congreso. Quedarán particularmente vulnerables en entidades como California y Nueva York, donde están los votantes más afectados por la reforma.
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