Yeidckol Polevnsky asumirá la semana que viene la conducción de Morena con tres desafíos en entidades donde el partido se encuentra fuertemente dividido. Un caso paradigmático es Nuevo León donde sus principales operadores (Claudia Tapia y Alfredo Treviño) traen una muy difícil relación con el grupo de armadores territoriales que integran Froylán Yescas y Malaquías Aguirre.

Esta contienda sale a relucir en el momento de la definición de candidaturas en la entidad. Básicamente las figuras acercadas por la dupla Tapia-Treviño como Antonio Barceló, Cosme Leal, Gabriel Tlaloc y ahora Álvaro Suárez son rechazadas por Yescas y Aguirre que traen otros candidatos y un mayor control de la estructura legal del Partido en la entidad.

En la entidad se agrega además una difícil convivencia con el PT que demanda espacios y candidaturas con el argumento de que el partido del Profe Alberto Anaya tiene una estructura que Morena todavía no. 

Situaciones similares aparecen en Tamaulipas, donde los grupos de las diferentes ciudades se disputan el protagonismo o en Oaxaca, donde los acuerdos están muy demorados.

Polevnsky deberá mediar este tipo de rivalidades desde la semana que viene, cuando Andrés Manuel López Obrador parta hacia su tercer campaña presidencial.