La premura con la que está avanzando la reforma fiscal en Estados Unidos hace replantearse seriamente el papel que México deberá tomar en estos días para evitar la fuga de inversiones, el mayor de los temores entre los especialistas, sobre todo, en un escenario donde el margen de acción tributaria es limitada para el Gobierno. Pero acaso uno de los elementos que tiene bajo la manga es el proyecto de las Zonas Económicas Especiales (ZEE).

El proyecto fue anunciado hace ya tres años, pero apenas este año comenzó a darse luz verde a las primeras zonas y parece que se irán anunciando con celeridad. A penas un par de meses atrás se presentaron las primeras tres y el día de ayer, el Presidente Enrique Peña Nieto anunció dos nuevas zonas.

Actualmente están habilitadas estas zonas en Salina Cruz, Oaxaca; Progreso, Yucatán -las recién anunciadas y que se prevén dejen una inversión por 6 mil 260 millones de dólares -; Coatzacoalcos, Lázaro Cárdenas y Puerto Chiapas, que en su conjunto generarán 20 mil 290 empleos directos, según estimaciones del Gobierno.

Expertos consultados por La Política Online, consideraron que sin duda, el Gobierno deberá apretar el paso para su implementación pues será un elemento importante que tiene a la mano para hacer frente a la reforma fiscal que se discute actualmente en Estados Unidos y que todo parece apuntar que se entrará en vigor en enero de 2018.

Hay que tener en cuenta que una ZEE es una zona geográfica particular en las que las reglas para hacer negocios son diferentes a las que prevalecen en el resto del territorio de un país. Estas reglas diferenciadas se refieren principalmente a las condiciones para la inversión y al tratamiento aduanal, fiscal y regulatorio, con la idea es crear un entorno más flexible y más eficiente para la inversión.  

El Presidente Enrique Peña Nieto durante  la firma de los Decretos para la creación de las ZEE en Oaxaca y Yucatán. 

Cuartoscuro

Es acaso la mejor opción que tiene actualmente el Gobierno para fortalecer la competencia del país. Y es que José Antonio González Anaya, titular de Hacienda y Crédito Público, no tendrá posibilidades de responder fiscalmente. 

"Ya no dan las finanzas públicas. Recaudamos mal y gastamos mal. Actualmente hay poco margen para bajar impuestos. Estamos viviendo al margen y muestra de eso fue el gasolinazo de enero", señaló Valeria Moy, especialista de México, ¿Cómo vamos?.

Las Zonas Económicas Especiales, buscan fortalecer los estados más rezagados del país, atrayendo mayores inversiones. La estrategia del Gobierno fue ofrecer incentivos a las empresas, por ejemplo, un beneficio de 100 por ciento en el Impuesto Sobre la Renta en los primeros 10 años y cero por ciento de IVA en la compra de artículos en territorio nacional.

En ese escenario, Kristobal Meléndez, especialista del Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP), no duda en que con estos incentivos fiscales fuertes, que sumado a la mano de obra barata que ofrece el país, se pueda atraer inversiones no solo nacionales, sino extranjeras. "Sí tendrán capacidad para competir y con mucha fuerza".

Pero existen sus bemoles. En primer lugar, la preocupación de la falta de recursos para infraestructura, clave para que las empresas decidan llegar a estas regiones. En ese sentido, Moy considera que, de entrada, un elemento muy funcional en el proyecto es que se eligió iniciar en regiones sí rezagadas, pero con infraestructura ya desarrollada, al contar ya con puertos, que acaso necesitarán modernizarse, pero no se iniciará de cero.

El otro temor es lo que estos beneficios fiscales significarán para el país en términos recaudatorios, que como explican los expertos y los propios datos de Hacienda, están por los suelos, muy apretados ya por los incentivos en el IEPS a gasolinas. Sin embargo, sigue siendo un tema espinoso para el Gobierno, más en época electoral.

Los expertos coinciden que este proyecto, así como las acciones que se tomará para hacer frente a la reforma fiscal estadounidense, serán un eje central de las campañas rumbo a 2018, pero recuerdan que habrá que ser cuidadosos en las promesas, en tanto que los expertos insisten en que debe pensarse también en México un mejor sistema recaudatorio.

Además, Valeria Moy recuerda que este proyecto "no funcionará mágicamente" y su éxito dependerá en gran medida de una correcta implementación, pues recuerda que este tipo de proyectos en el mundo han fracasado en su mayoría, por una mala planificación.

"En la teoría, éste está muy bien hecho, porque incluso considera elementos importantes como la capacitación de la mano de obra. Actualmente ha atraído mucho interés y un punto a favor es que están aprovechando la existencia de infraestructura que ya existe", consideró la especialista.