Peña Nieto terminó de blindar el proyecto-legado de su sexenio, tras la exitosa emisión de bonos verdes por un valor de 4 mil millones de dólares que concretó su administración para garantizar la construcción del nuevo aeropuerto internacional de la ciudad de México.

El éxito rotundo de la emisión presionó hacia la definitiva finalización en 2020 del aeropuerto, que será por lejos el más grande y moderno de Latinoamérica y disipó los tomeros de un abandono de la iniciativa si Andrés Manuel López Obrador gana en las presidenciales del año próximo.

En efecto, realizar una emisión por mil millones de dólares a 10 años obteniendo una tasa del 3,8% y otra de 3 mil millones de dólares a 30 años con un costo financiero de 5,5%, es una excelente noticia.

Para tener una comparación análoga, se destaca que el desempeño ha sido mucho más exitoso que las emisiones de la CFE y de Pemex, lo que claramente refleja una mayor confianza en este emprendimiento por parte de los inversores.

El éxito de la emisión de deuda por US$ 4.000 millones radica en que el repago de los bonos se ató a los recursos futuros del NAICM a través de la tasa de uso del aeropuerto, en un modelo al estilo del PPP inglés.

¿A qué se debe esta mayor seguridad? Según especialistas, existen varios factores claves por los que esta emisión tuvo un éxito rotundo.

En primer lugar, está la garantía. Mientras la emisión de deuda de la CFE y de Pemex constituyen emisiones de tipo corporativas, el caso del nuevo aeropuerto es una emisión asociada a un proyecto en vías de construcción, el cual está rigurosamente administrado a través de un fideicomiso que ha sido auditado.

Además, el proyecto está financiado a través de los flujos futuros que el aeropuerto genere, específicamente la Tarifa del Uso de Aeropuerto (TUA), y no con el dinero de los contribuyentes como sucede en los otros dos casos.

A través de estos flujos futuros se pagaran los 6 mil millones en deuda que ya han sido emitidos una vez que el aeropuerto esté en funcionamiento. Actualmente la deuda es pagada con la TUA del aeropuerto actual el cual, en caso de retrasos en la construcción del nuevo, genera tranquilamente suficientes ingresos para responder al pago de la deuda.

"Esta estructura de financiamiento sin duda traer mucha tranquilidad a los inversores", señaló Adrián Garza, Vice President - Senior Analyst de Moody's en dialogo con LPO. Precisamente, la calificadora mencionada fue la encargada de asignarle la nota crediticia a la deuda y, para hacerlo, tuvo en cuenta los aspectos ya mencionados. Adicionalmente, según comento Garza, lo que se tuvo en cuenta a la hora otorgarle una calificación favorable fue el grado de apoyo del gobierno al proyecto.

Cuartoscuro

"A la hora de evaluar la calidad de la deuda se analiza la relación con el gobierno para determinar las probabilidades de que éste ayude a evitar el incumplimiento de la misma. En este caso existe un nivel de apoyo considerable", comentó Garza. Con respecto a la posible victoria de AMLO, que ha generado incertidumbre al criticar éste el proyecto y presentar una alternativa más barata, en el aeropuerto de la base militar de Santa Lucía, analistas sostienen que la construcción seguirá en marcha gane quien gane las elecciones presidenciales.

"Es un riesgo que está acotado. No es viable desde un punto de vista tecnológico dar marcha atrás a un proyecto en una etapa tan avanzada y estando los recursos disponibles para efectuarlo. Además tendría un costo político muy alto cancelarlo", concluyó Garza. Efectivamente, otros expertos han asegurado que AMLO simplemente se "está haciendo el rudo" y que, de ganar las elecciones, tendría una actitud sensata con respecto al nuevo aeropuerto. 

"Ahora se pelean por si se hace o no pero si gana López Obrador le va a tocar a él inaugurarlo y se van pelear por Peña Nieto para reclamarse para sí el mérito del nuevo aeropuerto", comentó un portfolio manager de un fondo de inversión consultado por LPO.

 En cuanto a los cuestionamientos relacionados a muchas de las empresas contratistas (algunas de ellas acusadas de haber incumplido normas de seguridad en otros proyectos), la calificadoras también ha incorporado la probabilidad de un retraso en la construcción debido a dicho factor. Precisamente, los ingresos generados por el actual aeropuerto pueden garantizar el pago de la deuda.

Por último, un factor que contribuyó a la emisión exitosa ha sido la utilización de bonos verdes, la cual, según analistas, genera una respuesta positiva en los inversores al involucrar proyectos sustentables desde el punto de vista ambiental. Este tipo de bonos, aun poco difundidos en Latinoamérica, han tendido a utilizarse cada vez más y su uso "será cada vez más común", señaló Garza.

Adicionalmente, la garantía de un proyecto sustentable permite reducir la probabilidad de juicios futuros por daños al medio ambiente, algo que en el pasado ha hecho aumentar el costo de muchos proyectos. En resumidas cuentas, el proyecto ya está en un estado avanzado y todo indicaría que se terminará pese a la ocurrencia de eventuales retrasos. Incluso podría pasar, irónicamente, que si AMLO gana las elecciones, este se adjudicara el proyecto a su gestión, lo cual enervaría mucho a Peña Nieto quien ha hecho un esfuerzo por avanzar los más posible para que el aeropuerto se asocie a su presidencia.

"Ahora se pelean por si se hace o no pero mañana se van pelear por reclamarse para sí el aeropuerto", comentó un portfolio manager de un fondo de inversión consultado por LPO.