El debate que recorre Morena en las últimas horas tiene que ver con el conflicto entre el gobernador panista Javier Corral y el presidente Enrique Peña Nieto. Diferentes integrantes de ese partido le recomienda a Andrés Manuel López Obrador que salga a respaldar públicamente a Corral que denuncia que la Federación le quita fondos a Chihuahua porque allí se investiga la corrupción. 

Los argumentos en ese sentido que escucha el tabasqueño son que  el país vive una situación histórica ya que nunca antes un gobernador había tenido tal gesto de irreverencia. Al mismo tiempo alegan que es una oportunidad para poner en centro de escena la corrupción del PRI y dejar en segundo plano por unos días la propuesta de amnistía de Morena que estaría teniendo efectos ambivalentes en los sectores medios, que es donde AMLO todavía debe crecer.

Dentro de Morena dicen además que respaldar a un político de otro partido sería un gesto de amplitud bien evaluado por aquellos sectores que ven en AMLO a un líder mesiánico y autoritario.

Pero lo cierto es que la relación AMLO-Corral siempre ha sido traumática. De hecho hasta ahora el líder de Morena ha rechazado esos consejos con el argumento de que hace un mes quiso organizar un acto en Chihuahua y que Corral le denegó los permisos para montar su proselitismo en un parque de la capital estatal.