Jaime Rodríguez Calderón inicia este fin de semana una nueva gira de campaña, esta vez en el Bajío con actos en Querétaroy Guanajuato, estadoss de fuerte corte panista y de tendencia conservadora en el voto.

Observar la campaña de cerca es un ejercicio aparte por sus rasgos atípicos.  Al gobernador con licencia lo acompañan solo cinco personas de su staff, no existe por ahora la idea de un coordinador de campaña y se privilegian actos espontáneos antes  que grandes despliegues de estructuras.

El Bronco por lo general llega a una ciudad de su itinerario y se apersona en diferentes puntos para intercambiar con los lugareños, algo que se desprende de sus videos más recientes. No quiere actos demasiado organizados para evitar acarreo. Espera que se acerquen quienes se han interesado en su figura.

Por momentos recurre a giros escenográficos. Cuando lleva caballos la dinámica consiste en ubicarlos en un punto neurálgico y cuando la gente se acerca por sus fotos en ese instante se les requiere la firma para su candidatura independiente.

En su entorno aseguran que los primeros viajes demuestran un dato de contexto electoral: jóvenes e indecisos ya ven a Andrés Manuel López Obrador como parte del sistema. El Bronco se esfuerza en conectar  a partir de temas cercanos a las personas corrientes. No habla de reformas estructurales o de "fiscal carnal". Pregunta por la economía, la seguridad o la calidad de los planteles educativos.