A la par que un contingente de campesinos marchaba sobre Paseo de la Reforma, afectando la vialidad, el candidato de la coalición que encabeza el PRI, Mike Arriola, aseguró que de llegar a la Jefatura de Gobierno de la Ciudad, buscará frenar las marchas y, de ser necesario, intervendrá la fuerza pública.

Arrancó así una entrevista radiofónica con MVS Noticias, al mandar un saludo a la gente afectada por la marcha que llevaban a cabo un grupo de campesinos que partieron de Bucareli rumbo a Polanco.

Después, en un contexto donde ya están definidas las dos candidatas que irán por Morena y el PRD, su primera apuesta fue cuestionar: "¿Qué harían ellas con las manifestaciones que hoy están sufriendo los ciudadanos?".

En ese instante, fue cuestionado sobre las acciones que él tomaría al respecto. "Yo pondría orden", afirmó con un tono tajante. No llama la atención este endurecimiento del discurso de Mikel Arriola, justo a pocos días de ver los nuevos sondeos encargados por Los Pinos, que lo ubican todavía por debajo del 7% de intención de votos.

Arriola criticó a sus contrincantes por ser militantes partidistas: "El único ciudadano soy yo". El ex titular del IMSS señaló que los políticos solo piensan a través de cálculos electoreros y por temor a no ser llamados represores, no han puesto orden en la ciudad.

En cambio, se definió como un ciudadano, "al igual que Meade", y sin dudarlo confirmó que usará la fuerza publica para garantizar el orden. "Porque para eso es, para poner orden", apuntó y agregó: "Si alguien quiere tomar la Ciudad, lo único que hay que hacer es revisar si tiene derecho o no".

"Los políticos hacen sus cálculos: ‘para ser presidente me van a acusar de represor'. No, es que tú gobiernas la ciudad, no la gobiernas para ser presidente, sino para que los ciudadanos estén bien y tengan buena calidad de vida.

Continuó con las críticas al PRD y Morena: "Eso ha pasado en los últimos veinte años a estos partidos clientelares que lo único que han hecho es dirigir los programas sociales para asegurar voto, con los servicios públicos".

Entonces, se le cuestionó si no le importaría ser tachado como represor. Él contesto: "Que me digan lo que quieran, pero vengo a resolver los problemas de la Ciudad, no vengo a un trampolín político". Al tiempo, descartó recurrir a militares en el caso de las marchas: "Yo creo que tenemos capacidad policíaca suficiente".