El último pedido de Ricardo Anaya a sus principales socios del Frente fue concreto: que no sean candidatos al Senado por la pluri porque entiende que eso podría interpretarse desde la competencia como una señal de que dudan de su triunfo en la presidencial. Lo escucharon Dante Delgado, Jesús Ortega y Jesús Zambrano, articuladores de peso propio en la integración de la fórmula PAN-MC-PRD.

En realidad, según explican en el CEN albiazul, el pedido de Anaya tiene más que ver con la real-politik que con una cuestión de imagen o de mensaje. A todas estas figuras les ha pedido objetivos concretos y espera que los cumplan hasta el día final de la carrera sin chance de creer que tienen algo seguro. Giro que va muy con el estilo del candidato.

Un caso aparte es Santiago Creel, que ya desde hace unos meses viene repitiendo que no está interesado en ningún cargo. En su caso, Anaya le encargó una sinuosa red de contactos con gobernadores del PRI con el objetivo de tenerlos cerca en caso de que José Antonio Meade llegue a mediados de febrero desplomado en las encuestas. No es aleatorio: es lo mismo que Creel hacía en el 2000 para Vicente Fox.

A Los Chuchos les pide que en aquellos estados donde el Frente no funciona como tal -Jalisco o Nuevo León-, el PRD tenga candidatos al Senado que igual recolecten votos para su ticket presidencial.

De Dante Delgado espera por un lado que asegure que la campaña de Enrique Alfaro en Jalisco no sea con narrativa anti PAN y, tal ve lo más inconfensable: que hasta el final de la contienda sea su último puente con Los Pinos, algo que ya Creel no estaría en condiciones de ofrecer.

El pedido genera ambivalencias según el interlocutor. Por ejemplo Delgado estaba convencido de que sería candidato al Senado por la vía pluri lo cual ahora ya sería más complicado.

Jesús Ortega también ha dicho que quería intercambiar con su esposa Angelica Lapeña e ingresar al Senado.