El plan de infraestructura vial que ideó el gobierno de Enrique Peña Nieto prometía 46 autopistas que facilitarían el acceso a 15 ejes troncales carreteros interoceánicos. A menos de un año de terminar el mandato, un proyecto llama la atención no solo por sus impactos sociales y económicos, sino políticos. Se trata de la autopista Atizapán-Atlacomulco.

En términos de carreteras y autopistas, dentro del Programa Nacional de Infraestructura 2014-2018, el objetivo primordial fue lograr interconexiones a los 15 ejes troncales del país, según explicó un vocero de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) a LPO, entre los que destacan México-Tuxpan, Oaxaca-Itsmo, Tuxpan-Tampico.

De acuerdo con un análisis del consultor Aldo Benítez, de Consultores Internacionales, por número de inversión en relevancia estarían: Atizapán-Atlacomulco; el libramiento Guadalajara-Jalisco; el último tramo de la autopista Mazatlán-Durango; el de Palmillas, dentro de la autopista Querétaro-Guanajuato y Viaducto-Indios Verdes.

Las inversiones más fuertes se concentraron en dos entidades: Veracruz y el Estado de México. Una preferencia que no seguramente consideró la carga electoral de estos estados.

 Para Veracruz, el Gobierno estimó una inversión de 51,975.6 millones de pesos, la más grande. Ahí, la inversión más importante en términos carreteros fue para la autopista Tuxpan-Tampico, que contemplaba un total de 8,070 millones de pesos. No obstante, su avance no llega ni al 50% y prácticamente se relegó su conclusión a la responsabilidad del Congreso o el siguiente sexenio.

Detrás de Veracruz, el Estado de México fue la entidad que más recursos recibió. Un total de 39,095.4 millones de pesos, para alrededor de 20 proyectos -en Veracruz fueron 15- de diferente índole. Pero el más ambicioso sin duda giró en torno a Atlacomulco. Ahí, la autopista con mayor inversión fue la Atizapán-Atlacomulco, con un costo estimado inicialmente en 5,860 millones de pesos, pero que podría superar los 9.000 millones.

La traza de la autopista Atizapan-Atlacomulco que recorre 74 kilómetros y tendrá dos carriles por sentido.

Secretaría de Comunicaciones y Transporte

Sin entrar en mucho detalle, Gerardo Ruiz Esparza, titular de la SCT, prometió que este año se redoblarían los esfuerzos para concluir la modernización y construcción de 52 autopistas y 80 carreteras, con un total de 6,500 kilómetros, 56 libramientos y 50 distribuidores.

Analizar el estado de avance de los dos proyectos más importantes de ese ambicioso programa, permite ver de cerca que tanto se a concretado lo prometido.En el caso de Veracruz, la autopista que conectará Tuxpan con Tampico tenía para octubre de 2017 apenas un avance del 25%.

Se trata de una obra muy esperada por la industria tamaulipeca. Hay que resaltar que esta entidad tiene entre sus fortalezas económicas dos puertos de altura, por los que llegan y salen productos a mercados internacionales, para los que la autopista planeada es vital. Además, daría continuidad al corredor México-Tuxpan, que supone volver este puerto el más cercano a la Ciudad de México. Un trayecto clave en la economía del país.

Pero ante empresarios locales, las autoridades reconocieron que el esfuerzo del Gobierno Federal solo llegaría hasta Ozuluama, el resto sería responsabilidad de las siguientes administraciones. Esto dejó algunas lecturas suspicaces frente al cambio de Gobierno que vivió esta entidad, que había sido enteramente priista, hasta la llegada de Miguel Ángel Yunes Linares.

Los atrasos en Atlacomulco

A mediados de 2017, Sergio Hidalgo, director general de OHL México, concesionaria de la autopista Atizapán-Atlacomulco, celebraba que ésta tenía un avance del 80%. Sin embargo, para el final del año, las trabas llegaron.

Fue donde se logró uno de los mejores avances, pero no estuvo exenta de atrasos. Esta autopista debió haberse terminado en el 2016, de acuerdo con la información de la SCT. No obstante, de su buen avance, se frenó a mediados de año y su finalización se prolongaría hasta el primer trimestre de este año, "y podría demorar más", según reconoció Hidalgo en octubre.

Tuvo una inversión estimada de 5,860 millones de pesos a fin de "mejorar significativamente la conectividad de la Zona Metropolitana del Valle de México con el norte y occidente del país, haciéndola región de Atlacomulco un polo económico y de transporte en la zona central del país", de acuerdo con la dependencia que comanda Ruiz Esparza.

Alfredo del Mazo y Enrique Peña Nieto

Cuartoscuro

Para Manuel Quijano, de la Facultad de Ciencias Políticas de la UNAM, la importancia de hacer una de las inversiones más grandes en esta región -y de las más avanzadas-, se explica por la cantidad de población con la que cuenta y su economía creciente.

Aunque es difícil aún hacer un análisis fino de los impactos que estos proyectos tendrán, pues apuntan al largo plazo, Quijano recuerda que no solo deben medirse por número de kilómetros, sino por el acercamiento que logran de las comunidades a escuelas, trabajos, hospitales, etc.

Sin embargo, el interés de esta vialidad tiene tintes políticos también. En opinión de politólogos, es lo que en realidad justifica este proyecto. "Es una conexión que políticamente les interesa mucho a sus habitantes, por la red política que implica", señaló Quijano.

En la misma línea, el politólogo Jorge Márquez, señaló que el Estado de México es la clave de poder de Enrique Peña Nieto. Y es que señala que las inversiones en infraestructura tienen un efecto multiplicador en la economía.

Aún así, no está exento de riesgos. Paradójicamente, a la par de estas obras, el sector de la construcción fue el más afectado durante el año pasado. A decir de Mario Vallejo Valdés, presidente de la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción (CMIC) en la entidad, que solo se viera un avance del 1% se debió a motivos electorales.

Y ahí, estaría también el riego de la continuidad de esta autopista. Y es que Vallejo Valdez previó que este año será igual de complejo para ellos por el proceso federal en puerta para el cambio de presidente de la República, que se junta con los comicios locales para elegir diputados y presidentes municipales.