Hoy sábado Rubén Moreira llegará a Monterrey para u encuentro clave con los alcaldes del PRI en Nuevo León. El ex gobernador de Coahuila entra en escena luego de relanzar su vínculo con  Enrique Peña Nieto y de quedar a cargo del despliegue territorial de José Antonio Meade en un puñado de estados.

El ex mandatario estatal llega con una situación delicada en Nuevo León, donde el candidato del PRI perdió en las últimas tres elecciones presidenciales y donde todas las encuestas señalan que el tricolor estaría en un tercer lugar a nivel estatal, detrás del PAN y de Morena. El PRI además pone en juego municipios de peso como Monterrey, Guadalupe y Apodaca.

La lógica que lleva Moreira, y que marcará la encuesta decisiva que se prepara para los próximos días, es que deben contender los mejores candidatos: que sean conocidos, que tengas estructuras y que tengas discurso para la campaña. Esto debería quedar por encima de cualquier compromiso previo, antecedentes o cabildeos en CDMX.

Al interior del Comite estatal que comanda Pedro Pablo Treviño hay situaciones de presión con figuras como Oscar Cantú, alcalde Apodaca, que insiste con ser reelecto cuando todas las encuestas lo dan como un firme perdedor. O el caso de la senadora Cristina Díaz que quiere ser diputada federal por distritos norteños del estado en lugar de su base que es Guadalupe. O también la situación de Ivonne Álvarez que le dice a quien quiera escuchar que ya tiene asegurada una diputación pluri gracias a su amistad con Emilio Gamboa.

Moreira tiene una visión sobre Nuevo León que dice que el PAN cuenta por estos días una mejor marca, pero que el PRI cuenta con candidatos más sólidos en todo nivel, con más experiencia política, más conocimiento de Estado y mejores habilidades para la campaña de aire.

A esto agrega que observa una fuerte fragmentación al interior del PAN lo cual se verá con mayor evidencia en las campañas. "Es el PAN más desarticulado del norte del país", suele ser un comentario habitual en el ex gobernador.

La meta de Moreira es que el PRI en Nuevo León no baje de ser la segunda fuerza con mayor cantidad de votos, especialmente en diputaciones federales y en el Senado. Entiende que así como en los sexenios panistas la resistencia se dio en los estados, en un eventual gobierno de Morena o, nuevamente, del PAN, la fuerza del tricolor debe concentrarse en la esfera legislativa y desde allí generar mejores cuadros que inicien la recuperación territorial y dejen atrás recuerdos incómodos como Javier Duarte, Roberto Borge o el prófugo César Duarte.