La historia de los dos Donalds no es nada nueva. Ya desde sus días en campaña se sabía que ante un micrófono podía salir uno de dos candidatos: el Donald dicharachero, incendiario, el que enloquecía a sus seguidores; o el señor Trump, presidencial, moderado y optimista. Y, en resumen, aburrido. En eventos como la cumbre de Davos -donde la intención era conquistar a las élites globales- o el mensaje ante ambas cámaras del Congreso, siempre saldrá a hablar el presidente Trump. Hoy no fue la excepción. En su primer informe de labores vimos a un presidente moderado y optimistas, listo para festejar los avances que ha vivido la economía norteamericana en los últimos doce meses, y nunca olvidando las conquistas que logró -aunque fuera a base de plumazos en sus ordenes ejecutivas-para la causa conservadora a la que ahora representa. Aunque al final salió también un Trump más severo, particularmente en el tema migratorio.

El mensaje rápidamente se enfocó en los avances económicos que han ocurrido en el último año, y aunque atribuírselos enteramente a su administración resulta debatible ya que la recuperación empezó con Obama, es cierto que luego de un año en la Casa Blanca puede reclamar su parte.

"Este es, de hecho, nuestro nuevo momento americano", dijo Trump. "Nunca antes había habido un mejor momento para vivir el sueño americano

Trump en algún punto mencionó a dos pequeño empresario de Ohio sentados entre los asistentes a la sesión. "Acaban de cerrar su mejor año en sus 20 años de historia", dijo de la pequeña empresa. "Gracias a la reforma fiscal, están subiendo los sueldos, contratando a 14 personas más, y expandiéndose al edificio de junto", celebró el presidente. Trump dijo que gracias a su reforma miles de millones de dólares están regresando a Estados Unidos, como los 350 mil millones que Apple va a repatriar, y las plantas automotrices que se instalarán próximamente en su territorio. Mencionó además una futura inversión de 50 mil millones de dólares que Exxon Mobile habría anunciado. También dijo que Chrysler iba a cerrar una planta en México para moverla a Estados Unidos. La realidad es que la compañía moverá la producción de ciertos modelos a territorio estadounidense, pero ni cerrará una planta en nuestro país ni abrirá una nueva en Estados Unidos.

"Este es, de hecho, nuestro nuevo momento americano", dijo Trump. "Nunca antes había habido un mejor momento para vivir el sueño americano. Así que, para cada ciudadano viendo desde su casa esta noche, no importa dónde estuviste o de dónde vienes, este es tu momento".

Uno de los cambios más dramáticos que la administración Trump ha conseguido es el número inaudito de jueces federales que ha logrado colocar. Durante la administración Obama los nombramientos del presidente fueron sistemáticamente bloqueados por un Senado republicano con la misión de detener sus esfuerzos, por lo que cuando Trump llegó a la Casa Blanca -con un Senado amigable-le tocó hacer todos esos nombramientos, en algunos casos poniendo perfiles cuestionables con nula experiencia jurídica.

"Durante décadas las fronteras abiertas han permitido que drogas y pandillas entren a nuestras comunidades más vulnerables", criticó el presidente. "Han permitido que millones de trabajadores de bajos ingresos compitan por trabajos y salarios contra los norteamericanos más pobres"

"Trabajando con el Senado, estamos nombrado jueces que van a interpretar la Constitución como fue escrita, incluyendo a un nuevo y grande ministro de la Suprema Corte, y más jueces de distrito que cualquier otra nueva administración en la historia de nuestro país".

Se trató de un discurso ordinario y por la mayor parte aburrido. Stephen Miller, asesor y redactor de los discursos presidenciales, dista mucho de Jon Favreu, el redactor de Obama que solía armar mensajes concisos y emotivos. El Trump del teleprompter nunca serás espectacular.

Trump se tomó el tiempo de mencionar a un niño de 12 años llamado Preston Sharp y que saludaba sentado junto a la primera dama. Según explicó el presidente, Sharp inició un movimiento para colocar banderas en las tumbas de los veteranos. Fue entonces que Trump se lanzó a hablar sobre el patriotismo y sobre cómo Preston "nos recuerda el porqué saludamos nuestra bandera", dijo, "por qué nos paramos con orgullo para el himno nacional", agregó el presidente, una crítica obvia a los jugadores de la NFL que, desde hace un año, se han hincado durante el himno nacional como forma de protesta a la violencia policiaca contra la comunidad negra.

Hacía la parte final de su discurso, Trump se lanzó en un ataque severo contra la comunidad inmigrante de Estados Unidos. Dijo que sus nuevas políticas migratorias "enfocadas en los mejores intereses de los trabajadores norteamericanos y las familias norteamericanas", beneficiarían a las comunidades de migrantes.

"Durante décadas las fronteras abiertas han permitido que drogas y pandillas entren a nuestras comunidades más vulnerables", criticó el presidente. "Han permitido que millones de trabajadores de bajos ingresos compitan por trabajos y salarios contra los norteamericanos más pobres".

De acuerdo con especialista e incluso con las cifras del propio Departamento de Seguridad Interior, el número de inmigrantes que cruza la frontera con Estados Unidos se ha desplomado año con año de manera sostenida desde el 2000, y no hay nada que sugiera que los indocumentados tienen algún efecto negativo en los salarios de la clase trabajadora norteamericana. Seguridad Interior calculó que el año 2000 entraron 1.8 millones de personas por la frontera con nuestro país. En 2016 la cifra fue de apenas 170 mil.

Trump demandó mayores recursos para ICE y la Patrulla Fronteriza, y exigió al Congreso que "finalmente cierre las mortales lagunas [legales] que permiten a la MS-13 y otras pandillas criminales irrumpir en nuestro país"

Trump presentó entonces a otros de sus invitados. Los padres de dos jóvenes presuntamente asesinadas hace dos años por miembros de la pandilla MS-13. "Muchos de estos pandilleros tomaron ventaja de los obvios agujeros en nuestras leyes para entrar al país como menores extranjeros sin compañía", aseguró Trump.

"Quiero que sepan", dijo el presidente a los padres de las víctimas, "que 320 millones de corazones están rotos por ustedes".

Trump demandó mayores recursos para ICE y la Patrulla Fronteriza, y exigió al Congreso que "finalmente cierre las mortales lagunas [legales] que permiten a la MS-13 y otras pandillas criminales irrumpir en nuestro país".

Después de su dureza con los migrantes, Trump regresó a hablar de la reforma migratoria que propuso a los demócratas la semana pasada. "Una propuesta detallada que debería ser apoyada por ambos partidos como un compromiso justo", dijo. Los demócratas rechazaron ya la oferta del presidente, calificándola de injusta con la inmigración legal y los refugiados de naciones afectadas alrededor del mundo.

Trump mencionó los cuatro pilares de su propuesta migratoria, empezando por la oferta de ciudadanía para los 1.8 millones de dreamers que actualmente -gracias a que Trump eliminó el programa DACA-corren el riesgo de ser deportados. "Eso cubre casi tres veces más personas que lo que cubría la administración anterior", dijo Trump.

Stephen Miller, el funcionario encargado de escribir el discurso de Trump.

El segundo pilar del plan presidencial consiste en "asegurar por completo la frontera", es decir, construir el muro y contratar más agentes fronterizos, además de cerrar las llamadas "lagunas legales" que según el presidente los criminales explotan para ingresar a Estados Unidos.

Lo cierto es que la propuesta de reforma migratoria del presidente no tiene el apoyo ni siquiera de su propio partido, cuyos legisladores la consideraron muy extrema y severa contra los migrantes y refugiados de muchos países del mundo

El tercer pilar es la eliminación de la lotería migratoria, un programa que cada año otorga 50 mil visas mediante una lotería a ciudadanos de países con tazas migratorias muy bajas. Se trata de una cifra insignificante de migrantes. Y por ultimo el cuarto pilar es "terminar con la migración en cadena" a través de la cual un inmigrante o refugiado puede llevar a miembros de su familia a territorio estadounidense.

Lo cierto es que la propuesta de reforma migratoria del presidente no tiene el apoyo ni siquiera de su propio partido, cuyos legisladores la consideraron muy extrema y severa contra los migrantes y refugiados de muchos países del mundo.

Llamó la atención de diversos analistas y periodistas en redes sociales el hecho de que Trump sí mencionara a Rusia como uno de los rivales de Estados Unidos, justo cuando exigía mayores recursos para las Fuerzas Armadas y la modernización del arsenal nuclear norteamericano. Trump celebró además "que la coalición para derrotar a ISIS ha liberado casi el 100% del territorio que recientemente controlaban estos asesinos en Iraq y Siria".

Trump cerró su mensaje recordando que quien hace a "América grande" es el pueblo americano. "Mientras estemos orgullosos de quienes somos y porqué estamos peleando, no hay nada que no podamos lograr.

"Mientras tengamos confianza en nuestro valores, en nuestros ciudadanos, y fe en nuestro Dios, nunca vamos a fallar", dijo el presidente. "Nuestras familias triunfarán. Nuestro pueblo prosperará, y nuestra nación estará por siempre segura y fuerte, y orgullosa, y poderosa, y libre", continuó, en un tono muy característico de los discursos de Miller. "Gracias, y que Dios bendiga a America", concluyó el presidente.