El cuarto trimestre del 2017 el conglomerado AT&T perdió 169 millones de dólares. Ese mismo trimestre en el 2016 había perdido 320 millones de dólares según sus balances. La firma no termina de encontrar su destino en México, no sólo en lo financiero, sino en lo estructural: el año pasado la Corte Suprema falló a favor de Carlos Slim en el debate sobre la llamada "Tarifa cero" lo cual pone en serias dudas la viabilidad de la reforma telecom.

En las oficinas de la empresa calculan que este 2018 AT&T expanderá su red hasta alcanzar los 100 millones de potenciales usuarios. Pero el número actual es rutilante: después de una inversión millonaria la compañía solo tiene el 12% del mercado mexicano.

AT&T está en un proceso de fusión con Time Warner en EU, un negocio gigante pero que está bajo serio escrutinio por la administración Trump. En México el efecto de esa aprobación sería inmediato. AT&T ganaría en muchos sentidos, pues podría ofrecer telefonía, internet, contenidos, etc. Pero el Capitolio todavía duda de cómo la fusión afectará a los consumidores de su país.

Si bien actualmente la empresa no cuenta con un operador fijo en México, no existe ningún impedimento para que cuente con uno y así poder ofrecer Internet fijo. Como sea, tiene las herramientas para lanzar los contenidos de Warner, ya sea creando una aplicación para móviles o lanzando una plataforma OTT -como Netflix. 

La inquietud de la empresa es que lleva invertidos en el país 7,375 millones de dólares en concepto de  marcas e infraestructura. Y el futuro regulatorio todavía luce más bien difuso, especialmente tras el cambio de gobierno.