La postal de ayer martes en la tarde fue única: en un partido vertical y disciplinado como el PRI un grupo de más de veinte diputados federales pidieron la urgente remoción de Enrique Ochoa Reza como dirigente nacional, tal como reveló el Grupo Reforma. Fue en un encuentro con el nuevo coordinador Carlos Iriarte.
Los legisladores se quejaron del rumbo de la campaña que tiene a José Antonio Meade tercero, condenaron los dichos de Ochoa en Tabasco, se molestaron por el mecanismo para elegir los candidatos al Senado y hablaron de una campaña fuera de control. Pidieron al coordinador que le diga a Enrique Peña Nieto que Ochoa deje la dirigencia nacional.
En la noche del martes el recuento de daños era que la rebelión estaba apaciguada en el sentido de que ningún diputado saliera a hablar con la prensa ni tuviera mensajes desestabilizadores.
Sobre lo ocurrido, entre los jefes del PRI en San Lázaro circuló fuerte anoche la idea de que el ex titular de la Mesa Directiva Jorge Carlos RamÃrez MarÃn siempre tuvo un especial predicamento sobre los diputados que tomaron la palabra para atacar a Ochoa.
RamÃrez MarÃn quiso ser candidato a la gubernatura de Yucatán pero se quedó en el camino por un allegado del actual gobernador Rolando Zapata. Los itamitas siempre han rechazado a RamÃrez MarÃn por su estilo de accionar polÃtico, cierto desorden en su staff y poca predisposición al trabajo.
El cambio de dirigente nacional está en el aire desde el pasado fin de semana aunque la señal desde Los Pinos es que Ochoa debe seguir en el cargo.
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