Ya avalado por Peña Nieto en Los Pinos, Enrique Ochoa sumó a otro sospecho en su lista de posibles "traidores", que operaron una rebelión subterránea desde San Lázaro para reclamar su renuncia: se trata del legislador Enrique Jackson, un peso pesado de la vieja guardia del tricolor.

LPO ya mencionó que en el CEN del PRI se había instalado la idea de una operación de Jorge Carlos Ramírez Marín, ex presidente de la Mesa Directiva que se pidió licencia convencido que sería el postulante en Yucatán. No ocurrió como esperaba.

La situación de Jackson es similar, pues viene aguardando una nominación desde hace semanas, incluso pidió licencia y no obtuvo respuesta del CEN. Los candidatos por mayoría al Senado por Sinaloa ya están definidos, aunque en rigor Jackson es uno de los tradicionales apuntados como pluri, que en esta elección para el PRI tendrán menos espacios.

Quienes conocen a Jackson aseguran a Ochoa que es una maniobra típica del legislador de Los Mochis. "Por eso, César Camacho decidió tenerlo pegado de forma permanente, no lo puedes dejar solo un minuto que te arma una grilla", explicó entusiasmado un compañero de bancada.

Efectivamente, el anterior líder de la bancada del tricolor, en casi todo momento mantenía como consejero a Jackson. "Incluso se lo llevó al Constituyente, porque sabía que no lo podía dejar libre en San Lázaro mientras él atendía otros temas", agregó la misma fuente.

Por supuesto, culpar a un sólo elemento no parece una salida razonable en este momento de extrema debilidad para Ochoa. De hecho, como explicó LPO, en su encuentro de Ochoa con Peña Nieto, se hizo un repaso de la situación delicada de varias entidades, como Baja California, Guanajuato, Michoacan y Nuevo León.