La semana pasada el investigador especial del caso Rusia, Robert S. Mueller III, levantó cargos contra 13 individuos de nacionalidad rusa acusados de interferir en la elección presidencial de 2016. Desde entonces, Donald Trump ha desatado una serie de ataques desde su cuenta de Twitter. Durante el fin de semana acusó al FBI de no haber evitado la matanza en Parkland, Florida por estar distraÃdos con la investigación del Russiagate.
Trump continuó con sus ataques. Esta vez aprovechó que hoy se conmemora el DÃa del Presidente en Estados Unidos, y después de desearle a todos un feliz feriado, envió un tuit cuestionando a Barack Obama por no haber hecho nada para detener a los rusos en 2016.
¡Que tengan un excelente, pero muy reflexivo, DÃa del Presidente! Obama fue presidente hasta, y después, de la elección de 2016. ¿Asà que por qué no hizo algo respecto a la interferencia rusa?
En julio de 2016, cuatro meses antes de la elección, el Comité Nacional Demócrata anunció que sus correos electrónicos habÃan sido hackeados por agentes rusos. Cientos de correos provenientes de la cuenta de John Podesta, director de campaña de Hillary Clinton, son difundido a través del portal WikiLeaks. Por estas fechas Trump, durante un evento de campaña, pide a los rusos que por favor hackeen la cuenta de Hillary y difundan 33 mil correos que presuntamente fueron eliminados por el equipo de la ex secretaria de Estado. Poco después, durante una entrevista con la NBC, el ex mandatario informa que, de acuerdo con especialistas de la comunidad de inteligencia, son los rusos quienes están detrás de los ataques contra los demócratas. Sin embargo, no menciona en ningún momento a la campaña Trump ni a ninguno de sus colaboradores.
En mayo de ese año, meses antes de la filtración de los correos, el asesor de asuntos exteriores de Trump, George Papadopoulos, alardeó durante una borrachera que agentes rusos les habÃan ofrecido información perjudicial para atacar la campaña de Clinton. Su interlocutor, nada menos que el embajador de Australia en Londres informó al FBI de lo ocurrido cuando los correos de Podesta salieron a la luz. De acuerdo con una multitud de especialistas y analistas, fue este descuido lo que disparó la investigación del FBI a la campaña Trump y sus posibles nexos con el Kremlin.
En octubre, un mes antes de la elección, el Departamento de Seguridad Interior y el director de Inteligencia Nacional emiten un comunicado donde afirman "el gobierno ruso dirigió las recientes violaciones de correos electrónicos a personas e instituciones norteamericanas, incluyendo aquellas organizaciones polÃticas estadounidenses". Y: "Creemos, basados en los alcances y sensibilidad de estos esfuerzos, que sólo funcionarios rusos del más alto rango pudieron autorizar estas actividades". El mensaje era claro: Vladimir Putin está detrás de los ataques.
Después del triunfo de Trump se supo que Obama no fue enfático con su denuncia pública de los ataques de Rusia y su clara intención de apoyar la campaña Trump por dos razones: no querÃa dar la impresión de que estaba intentando entrometerse en la elección presidencial, y además todo parecÃa indicar que Clinton ganarÃa la elección con comodidad. La decisión, pues, fue que la administración de su sucesora lidiara con Putin y la posible colusión con el equipo de Trump.
Se sabe también que durante la reunión del G-20 ese año Obama se acercó personalmente a Putin y le advirtió que "le cortara", que dejará de meter la mano en la elección. El temor era que una respuesta más pública del presidente provocara ataques aún más severos por parte del Kremlin.
Una de las últimas acciones de Obama en la Casa Blanca, en diciembre de 2016, fue autorizar una serie de sanciones contra Rusia. Expulsó de Estados Unidos a 33 funcionarios diplomáticos del Kremlin, incautó dos propiedades que se sospecha eran utilizadas con fines de espionaje, y emitió sanciones económicas más severas contra la nación europea.
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