Comentarios de todo tipo generó la incursión de Diego Fernandez de Cevallos a la taquiza en casa de José Antonio Meade con motivo de su cumpleaños, esta semana. La presencia encendió alarmas entre allegados de Ricardo Anaya, como Jorge Castañeda (que dice que estaba invitado y que no fue), Javier Corral o el propio Dante Delgado.

 La explicación que dio el propio Jefe Diego a aquellos que lo consultaron durante el fin de semana es que le había avisado a Anaya que estaría allí y que fue con la misión de hablar con José Narro y frenar la embestida judicial del Gobierno contra el candidato del Frente. De hecho, la charla de Diego y Narro fue lo más comentado de esa noche en una colonia del sur de CDMX. El segundo tema fue la ausencia de Miguel Ángel Ososrio Chong que estaba invitado y nunca apareció.

LPO reveló que Anaya buscó a Osorio para frenar la embestida en su contra. Ahora esa estrategia se replicaría con Narro. Son acciones desesperadas porque Enrique Peña Nieto ya no acepta recibir ni a Anaya ni a Creel. 

Diego se apareció en la casa de Meade y primero saludó a su padre Dionisio y en seguida se fue a hablar con Narro. Dos días antes había tenida una bravuconada contra la campaña de Meade llamando a sus integrantes "hijos de puta" pero eso no e impidió aparecer.

Dionisio Meade, Diego y Narro tienen un amigo común en la figura de Carlos Slim, que por cierto, sigue intentando resolver el problema que generó en Los Pinos las declaraciones de su cuñado que se animó a decir que Peña Nieto "es un dictador". El Jefe y el secretario de Salud tienen en común además su amistad con Carlos Salinas de Gortari.

Lo cierto es que Narro no sería el mejor de los canales tampoco porque quedó muy disminuido después de perder la candidatura. No quiere ser senador y ya casi tampoco quiere ir a trabajar.

La única posibilidad de Anaya es acceder al entorno de Luis Videgaray pero el canciller también se muestra muy reticente a cualquier tipo de contacto.