De nuevo parece que Donald Trump amaneció de malas. Esta mañana el presidente arrancó su semana lanzando un renovado ataque contra su predecesor, Barack Obama, por su supuesto manejo de la investigación del caso Rusia. Esta vez acusó al expresidente de haber lanzado la investigación a la campaña de Trump en 2016 con la única intención de desacreditarlo.

En 2016 el FBI, por su cuenta, abrió una investigación sobre los posibles nexos entre la campaña de Donald Trump y operadores del gobierno ruso. La investigación, según se ha podido ver en las declaraciones ante el Congreso de múltiples actores los últimos meses, se abrió por varias razones, siendo la principal las declaraciones que hizo George Papadopoulos, asesor de asuntos exteriores del entonces candidato, al embajador de Australia en Reino Unido una noche de copas. En mayo de 2016 Papadopoulos le contó al embajador que los rusos le habían ofrecido "mugre" para perjudicar a la entonces candidata demócrata Hillary Clinton. Meses después, cuando WikiLeaks filtró los correos electrónicos hackeados de la campaña Clinton, el embajador informó al FBI de su conversación con Papadopoulos, tras lo cual el buró abrió una investigación para determinar si existía colusión entre el gobierno de Putin y la campaña del magnate inmobiliario.

"¿Por qué la administración Obama inició una investigación a la Campaña Trump (con cero pruebas de malos manejos) mucho antes de la elección de noviembre?", cuestionó esta mañana el mandatario. Lo cierto es que la investigación, de acuerdo con declaraciones de personajes como James Comey, entonces director del FBI, no fue abierta por instrucciones del presidente Obama, sino por propia voluntad del buró ante los indicios de posible colusión entre los esfuerzos rusos y la campaña Trump.

"Querían desacreditar para que La Chueca Hillary ganara. Sin precedentes. ¡Más grande que Watergate! Además, Obama no hizo NADA sobre la interferencia rusa". De nuevo, de acuerdo con múltiples declaraciones, Obama intentó emitir un comunicado bipartidista informando al pueblo de Estados Unidos sobre los esfuerzos que Rusia estaba llevando a cabo, sin embargo, el liderazgo republicano en el Congreso, en particular el senador Mitch McConnell, se negaron a sumarse al comunicado, por lo que el entonces presidente decidió tomar una vía más discreto sobre el asunto. El temor era que el público interpretara el comunicado como un esfuerzo por desacreditar a Trump, algo que Obama quería evitar. En aquel momento un triunfo del magnate en la elección de noviembre 8 parecía descabellado. El cálculo de la administración fue seguir investigando en silencio y esperar a que pasaran las elecciones-y ganara Hillary-para informar al público sobre los esfuerzos de Putin. El inesperado triunfo de Trump descarriló el asunto.

Los reportes más recientes sobre el caso indican que Robert S. Mueller III-investigador especial del caso Rusia-Trump-está explorando a profundidad todas las posibles aristas del caso. Muchos testigos han filtrado a la prensa algunas de las preguntas que los agentes de Mueller les hicieron. Se sabe que el investigador especial está explorando si Trump tuvo conocimiento del hackeo a los demócratas antes de que los correos fueran publicados. También se sabe que está echando un vistazo a los negocios de Trump en Rusia, en particular la ocasión en que llevó el certamen Miss Universo a Moscú en 2013, y si tenía lazos de negocios cuando lanzó su campaña presidencial en 2015. Incluso los investigadores de Mueller han explorado si Ivanka Trump, hija predilecta del mandatario, tuvo comunicación con la abogada ligada al Kremlin que en 2016 se reunión con Jared Kushner y Don Jr. para ofrecerles "mugre" contra Hillary Clinton.