La fuga de militantes del Verde en Chiapas con rumbo a Morena y el segundo lugar cómodo en el que está el PRI en las encuestas en el estado sureño siguen tensionando la relación entre Manuel Velasco y Enrique Peña Nieto. El gobernador está herido porque su hombre de confianza Eduardo RamÃrez no fue elegido para sucederlo en la candidatura de la alianza con el PRI y ese lugar quedó para el senador Roberto Albores.
Pese a que se anunció la integración del Verde en la coalición del PRI y Nueva Alianza (un sello de goma), durante las últimas horas Velasco se habrÃa quejado nuevamente con Los Pinos al decir que las gestiones de Luis Enrique Miranda (titular de Sedesol y amigo presidencial) fueron las que terminaron de romper la alianza en las bases, en la estructura.
El gobernador afirmó que Mirando fue a Chiapas con el encargo de hacer operación polÃtica y que en lugar de eso se dedicó solo a hacer reproches a sus operadores por la ventaja que lleva la oposición. "Hizo todas las reuniones en un restaurante que le gusta, no recorrió nada, no vino a operar, vino a comer chalupas", dicen cerca de Velasco en alusión al platillo chiapaneco.
Desde Los Pinos ahora aseguran que Miranda fue a Chiapas con la misión de ofrecer las dos senadurÃas a los Verdes como prueba de amistad. Una debÃa ser para RamÃrez. Pero el ofrecimiento nunca llegó. Ayer domingo Velasco ni apareció en el acto de José Antonio Meade por el aniversario del PRI.
Por su parte, el gobernador dice estar sentado sobre un millón de votos estructurales que son clave para Meade. El gran temor es que el mandatario estatal ya lo esté jugando hacia Morena, que por cierto ya tiene todo el personal reclutado para controlar casillas.
En Chiapas hay dos partidos pequeños que son satélites del Verde. En la pasada elección sumaron 400 mil votos. Y la alerta ya se lanzó: en las últimas horas avisaron que no jugarán en favor del PRI.
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