Ayer lunes por la tarde Gary Cohn emprendió su última estrategia como economista jefe dela Casa Blanca. Tal como reveló LPO, intentó hacer una cumbre para este jueves con grandes empresarios a fin de convencer a Donald Trump de que será perjudicial imponer aranceles al acero y el aluminio. Ahora la reunión quedó en stand-by y Cohn fue eyectado del staff presidencial.

Su salida es un golpe directo para el canciller Luis Videgaray. Despúes de Jared Kushner, el ex vicepresidente de Goldman Sachs era el principal nexo del canciller en la galaxia Trump. En cierto aspecto Cohn era hasta ,más estratégico porque Kushner dedica mucho tiempo a temas de Medio Oriente. México no es su prioridad.

Para entender: el último viaje de Videgaray a Washington fue casi integralmente orgaizado por la oficina de Cohn. El canciller viajó de urgencia cuando el titular de la Inteligencia de EU dijo ante el Capitolio que el PRI va a perder la presidencial.

El ex banquero de Wall Street siempre defendió el TLCAN en el mundo de Trump, atendió a Videgaray y a Ildefonso Guajardo todas las veces que estos precisaron y recibió con prontitud a los cabilderos de los grandes conglomerados mexicanos. Su partida deja como hombre de referencia a Peter Navarro, un proteccionista de corte duro.

El escenario se podría volver especialmente dramático para el canciller si a investigación por el Russiagate termina por forzar una dimisión de Kushner. En ese escenario, solo quedarán como interlocutores dos duros: Robert Lighthizer y el secretario Comercial Wilbur Ross.

Es cierto que Videgaray tiene buena relación con otras figuras del gabinete como Rex Tillerson (secretario de Estado) o Steve Mnuchin (secretario del Tesoro), pero estos no logran penetrar en el microclima en el cual Trump toma las decisiones.