Sigue el descontrol en la campaña del PRI en Jalisco. Aristóteles Sandoval mantiene una guerra subterránea con el dirigente estatal del PRI Héctor Pizano, que tiene su último episodio en que el gobernador decidió retener las candidaturas pluri locales para su entorno sin darle chance al Partido.

En paralelo, Pizano organizó esta semana la visita de Manlio Fabio Beltrones a Guadalajara y el gobernador brilló por su ausencia. Sandoval culpa a Pizano de que la coordinadora de José Antonio Meade en Jalisco se haya ido a trabajar a Morena.

Pizano se defiende alegando que la fuga de priistas se habría dado igual, independientemente de la dirigencia estatal, porque se les negaron sus pretensiones. Son los casos de Claudia Delgadillo que pasó de ser presidenta del PRI-Guadalajara a escaparse hacia las filas morenistas. O también el caso de  Salvador Rodríguez, que reportaba en Guadalajara como regidor y se fue del tricolor, por ahora, con destino desconocido.

Fricciones que explican el tercer lugar de Miguel Castro Reynoso en las preferencias y el casi cuarto que ocupa el candidato del PRI a la alcaldía de Guadalajara, Eduardo Almaguer, quien por cierto anima diversos encuentros en los cuáles dice que Manlio Fabio no es el hombre adecuado para organizar la elección tricolor en Jalisco.

"Se le ha querido achacar a Héctor Pizano el éxodo de priístas cuando tanto sus detractores como los propios fugados saben que eso hubiese ocurrido con quien estuviera en la dirigencia estatal, llámese como se llame, pues la decisión de que fueran o no candidatos -que ése es el motivo de su salida- no es responsabilidad única del presidente del partido", se defendieron en el entorno del dirigente local.