Fue por lejos el hombre más aplaudido, y era previsible. José Antonio Meade es, quizás, unos de los funcionarios públicos con mejor relación histórica con el mundo bancario. Los lazos son históricos, de amistad y cooperación. Incluso su nombre resonaba cuando el mismísimo Luis Videgaray protagonizaba algunos desaires con el sector.

Ese vínculo tan cercano se transformó esta mañana en aplausos, abrazos y vitoreos para el candidato presidencial del PRI, el primero de los tres competidores que encabezan las encuestas en presentarse en la 81 Convención Bancaria en Acapulco, Guerrero. 

"¿Cuántos de los que están aquí han sido funcionarios públicos? Levanten las manos, que los conozco a todos. Bueno, pues yo pongo prácticamente por todos las manos en el fuego", dijo el ex Secretario de Hacienda, y arrancó del auditorio uno de los aplausos más cerrados de todo el día. "Jugué de local", reconocería el postulante un rato más tarde.

En su presentación, Meade lanzó un sutil ataque a Ricardo Anaya -llamativamente su presentación fue recibida con más frialdad que la del resto-, y en juego a dos bandas defendió al mismo tiempo a Enrique Peña Nieto. 

El candidato priista se refirió a la amenaza de Anaya de meter preso al Presidente de resultar culpable por casos de corrupción. "Si nosotros escuchamos aquí a un candidato que dice 'yo voy a meter a fulano o zutano a la cárcel', no entiende de Estado de derecho", dijo.

Meade hablaba sobre el combate a la corrupción. Ahí, dijo que una de las claves en otros países que han triunfado en esta lucha ha sido la autonomía que se les dio a los ministerios públicos: "Esto debe ser el centro del debate".

Prosiguió: "Lo que México necesita es un presidente que entienda que el ministerio está arriba de él y que lo puede llamar a rendir cuentas. Que el Presidente en consecuencia está sujeto a su imperio, no el ministerio público al imperio del Presidente".

En su propuesta, dijo que se debe "cortar el condón umbilical" entre el Ejecutivo y el ministerio "y un presidente que de entrada este dispuesto a reconocer que se va a sujetar a su árbitro, a la competencia del Ministerio Público para que él mismo rinda cuentas. No hay ninguna razón para que no pase esto en México", afirmó.

"Si hago las cosas mal, yo estoy dispuesto a que me metan a la cárcel", sentenció y volvió a arrebatar otros aplausos de los banqueros.