Sebastián Piñera asumió esta mañana de domingo como nuevo Presidente de Chile, en una ceremonia que contó con la presencia de varios mandatarios de la región. Uno de los asistentes fue Enrique Peña Nieto, que aprovechó su paso por Sudamérica para dejar algunas definiciones interesantes.

En principio, Peña Nieto refrendó la sociedad política y comercial con los gobiernos chilenos, al destacar los avances de los últimos años en la Alianza del Pacífico, del cual Piñera fue uno de sus fundadores.

"Los dos países nos hemos consolidado como amigos, aliados y socios estratégicos. Con Piñera buscaremos aprovechar esta cercanía para seguir fortaleciendo instrumentos bilaterales", aseguró el Presidente.

Peña Nieto intentó evitar cualquier referencia a las elecciones presidenciales, y sólo se limitó a decir que no habrá desmanes ni otro tipo de problemas, cuando se le consultó sobre las denuncias que suele realizar AMLO en torno al peligro de fraude.

"El 1 de julio, las y los mexicanos decidirán qué candidata o candidato representa mejor sus intereses y convicciones políticas. La jornada electoral transcurrirá con normalidad. Estamos trabajando en coordinación con autoridades estatales y municipales a fin de garantizar unos comicios ejemplares", resaltó.

Pero quizás unas de las declaraciones más interesantes fue el reconocimiento de que su sexenio quedará en falta en cuanto al combate de la desigualdad. "Sin duda, el gran pendiente es la desigualdad. En México hay comunidades que no tienen los mismos niveles de bienestar que el resto del país", afirmó.

Luego matizó: "Sin embargo, es mucho lo que se ha avanzado. Hoy tenemos 2.1 millones de personas menos en situación de pobreza extrema que en 2012 y las seis carencias sociales que mide el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social están en su mínimo histórico", destaco.

Dijo que "la proporción de mexicanos que viven sin acceso a la seguridad social, a la alimentación, a los servicios de salud, a la vivienda de calidad y a los servicios básicos en la vivienda, o que están en rezago educativo, nunca ha sido tan baja como ahora".

Por supuesto, aprovechó para enviar otro mensaje a Donald Trump, que ayer confirmó la discusión telefónica de semanas atrás. Dijo que la construcción de un muro fronterizo "no es un gesto amistoso" de parte del gobierno de los Estados Unidos, y agradeció el apoyo de todos los países latinoamericanos.

Respecto a la renegociación del TLCAN, el mandatario mexicano señaló que ese acuerdo "ha traído grandes beneficios a los tres países de América del Norte. Pero como todo instrumento comercial, debe modernizarse para funcionar mejor y dar mayores resultados".