Legisladores argentinos y mexicanos se reunieron en la Cámara de Diputados de Argentina y acordaron avanzar en una actualización del acuerdo de complementariedad económica (AC6), un anhelo de Mauricio Macri que también puede servirle a México si no logra sostener su tratado con Estados Unidos y Canadá (TLCAN).

Es que -pese a las bravuconadas de Donald Trump- el comercio con sus vecinos sigue intacto, México envía el 80% de sus exportaciones a ese país y su energía diplomática está abocada en sostener esas transacciones como sea.

Pero al menos la oposición quiere prepararse por si todo vuela por los aires. "Siempre creíamos que teníamos una relación perfecta con Estados Unidos, pero tenemos que voltearnos un poco hacia el sur", propuso la senadora Mariana Gómez del Campo, del opositor Partido Acción Nacional (PAN) y presidenta de la Comisión de Relaciones Exteriores, América y Caribe.

México sigue enviando el 80% de sus exportaciones a Estados Unidos y su energía está puesta en sostener ese comercio. Si llega a caer, Argentina puede ganar un mercado importante. Pero nada de eso está pasando.

En diálogo con LPO, recordó que recién se discutieron 6 de los 30 capítulos del TLC y "hasta ahora no ha cambiado nada, pero igual hay que acercarse a los países que nos pusieron el ojo. Somos el que más tratados tenemos y de algo deben servirnos", se quejó.

Gómez del Campo, familiar del ex presidente Felipe Calderón, fue una de las animadoras de la IV jornada interparlamentaria México-Argentina, organizada por la bicameral de amistad de ambos países que preside el diputado radical Alejandra Echegaray.

La comitiva arribó este domingo y la integraron además los senadores María del Rocío Pineda Gochi (PRI), Itzel Sarahí Ríos de la Mora (PRI), Isidoro Chávez (PRD); y los diputados María Guadalupe Alcántara Rojas (PRI); Víctor Manuel Giorgana Jiménez (PRI), Arturo Santana Alfaro (PRD), José Máximo García López (PAN), Yaret Guevara Jiménez, (Verde) y Kathia María Bolio Pinelo (PAN).

No hubo legisladores de Morena, el partido de Andrés Manuel López Obrador, que es el candidato mejor posicionado para las elecciones presidenciales del 1 de julio. En los listados figuraba el senador Raúl Morón Orozco, un aliado reciente, pero no vino.

Cercano a los gobiernos populistas de la década pasada, Mauricio Macri lo mira de reojo y tal vez por eso en febrero suspendió una visita a su par Enrique Peña Nieto (PRI). Prefiere esperar al sucesor.

Por el comercio ausente

La jornada la abrió la diputada macrista Cornelia Schmidt Liermann, presidenta de la Comisión de Relaciones Exteriores y crítica de Trump.

"Creemos en el tendido de puentes y el multilateralismo; tanto para México, como también para cualquier lugar del mundo, la creación de muros es algo que un mundo global no se merece", levantó la voz.

Marcelo Arias.

"Hoy debemos actuar con visión de futuro para afianzar nuestras posiciones de apertura en el comercio global. La democracia se tiene que fortalecer y es a través de los diálogos de esta naturaleza como se va logrando", le siguió Víctor Manuel Giorgana Jiménez, quien también preside la comisión de Relaciones Exteriores pero en San Lázaro.

Echegaray rompió el hielo y pidió actualizar el AC6. "Estamos ante una gran oportunidad de ampliar el comercio", se entusiasmó.

El repetido AC6 se firmó en 1986, tuvo 15 actualizaciones, la última en 2007, y establece reducción de aranceles de entre 40 y hasta 100% para algunos productos.

El AC6 es un tratado bilateral entre Argentina y México firmado en 1986 y actualizado 15 veces. No logró afianzar el comercio entre los países, de poco más de 2000 millones de dólares. Argentina quiere evitar barreras sanitarias para exportar más.

Pero nunca alcanzó para aceitar la relación comercial entre ambos países, que en 2017 intercambiaron poco de 2,081 millones de dólares con un déficit de 1,436 para Argentina, que se explica por la importación de autopartes.

Para revertir esa tendencia, el diputado macrista Eduardo Amadeo reclamó levantar las barreras fitosanitarias que traban la venta de productos agroindustriales argentinos.

La expectativa de Macri era que los embates de Trump obliguen a Peña Nieto a rever esas restricciones, pero todo siguió igual.

"Vamos a pedirle a la secretaría de Economía información para saber en qué estado está el AC6 para poder actualizarlo. Porque no sabemos nada", se quejó Gómez del Campo, con tono de campaña electoral. De paso, pidió el reconocimiento de origen para el tequila, su bebida insignia.

La oficialista Pineda Gochi elogió la diversificación económica de México durante la era Peña Nieto y la promovió como política regional.

"Necesitamos instalar más valor agregado a los commodities, para que los precios internacionales no nos afecten tanto", reclamó, pero nada dijo del AC6.

Sí pidió ampliar la conectividad porque "Internet eleva la calidad de vida", pero antes "alfabetizar. Es inclusión y alfabetización. Es un tema transversal al pueblo".

Isidoro Pedraza fue el único que apostó a romper vínculos con Estados Unidos, "porque sólo beneficia a un sector" y pidió aranceles del 25% para el trigo estadounidense.

Sería una gran oportunidad para los chacareros argentinos, pero su partido, de origen izquierdista, es ahora aliado menor del PAN (más cercano a la derecha), que figura abajo en todas las encuestas.

La mesa de cooperación política pasó con discursos leídos sobre información pública (el diputado massista Carlos Selva y la ecologista Guevara Jiménez) y el vacío de los senadores argentinos (dejaron sus sillas vacías el oficialista Esteban Bullrich y la neuquina Lucila Crexell). Sólo estuvo la macrista Marta Varela.

Tras el almuerzo hubo una breve mesa de igualdad de género y este martes se espera un documento final, con fragmentos similares al que subscribieron el año pasado en México (renovación de AC6, ingreso de Argentina a la OCDE).

El canciller Jorge Faurie y tal vez Macri los despedirán antes de volver a México. Donde están de campaña. Y atentos a Estados Unidos.