En menos de un mes un grupo de hombres de negocios de Monterrey viajarán a Boston para una cena con el ex candidato presidencial republicano Mitt Romney. Será el primero de una saga de eventos que tienen por finalidad recaudar fondos para la nueva aventura del ex gobernador: ser senador en la elección de medio termino de este año.

El encuentro lo organiza una importante firma de lobby con la motivación de que si Romney es senador se convertirá en el defensor más acérrimo del TLCAN en un escenario, como se descuenta en cierto círculos de Wasgington, de que no habrá acuerdo en la octava ronda del mes de abril.

Romney proviene del empresariado, fue gobernador de Massachusetts y ahora quiere ser senador por Utah. El cambio de estado no es aleatorio: Romney es mormón y en dicha entidad esa religión es mayoritaria. El bunker de campaña funcionará en Salt Lake City.

Ha criticado a Donald Trump cada vez que este atacó a México en su discurso pero también es cierto que aplicó al cargo de secretario de Estado que finalmente fue dado a Rex Tillerson, despedido esta semana.

Romney se promociona ante el empresariado mexicano como un activo porque además de conocer muy bien los resortes de Washington, tiene buenos nexos empresariales con lo cual podría defender el TLCAN en el Senado.

La visión del ex candidato es la de que en abril no habrá acuerdo y luego el Senado de EU no le prolongará a Trump el permiso para seguir negociando el Tratado. Entonces todo quedará para la siguiente legislatura.