La SHCP dio a conocer que en 2017 disminuyó la recaudación impositiva en materia de combustibles. Si bien dicho año los precios del petroleo mostraron una recuperación, esta no logró traducirse en el IEPS a causa del estimulo fiscal impulsado por la actual administración. Se trata de una pérdida de más de 65,000 millones de pesos.

La caída en los precios del combustible obligó a la Secretaria de Hacienda a buscar recursos por otra vía que no fuera la petrolera, es decir, por el IVA, el ISR y el Impuesto Especial sobre la Producción y Servicios (IEPS), sin embargo, este último se volvió un problema cuando en 2016 se decidió abrir el mercado de los energéticos, el cual es altamente volátil.

Para suavizar las variaciones en los precios en las gasolinas,  como se observó en enero del año pasado, hubo un costo político muy alto y el Gobierno optó por un incentivo fiscal para estimular el consumo del combustible.

No obstante, esta medida tuvo repercusiones visibles en las finanzas públicas y que en opinión del analista Alejandro Limón, del Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP), seguirá repercutiendo este 2018, a pesar de una mejora en los precios de los combustibles, aunque estos ya se calculan por arriba de los 60 dólares por barril, sin expectativa de que baje de nuevo.

"Dada la estructura del esquema fiscal de las gasolinas y el diésel se observó que en 2017, se tuvo una pérdida en el potencial recaudatorio de estos conceptos. Esto sugiere que un alza en el precio del crudo no implica, necesariamente, mayores ingresos para el fisco", afirmó el especialista.

 Para comprender el impacto: el año anterior, en la Ley de Ingresos de la Federación, la dependencia que hoy comanda José Antonio González Anaya, se estimó recaudar $284,432.3 millones de pesos por concepto de IEPS a combustibles; sin embargo, al restar el costo del estímulo fiscal, la recaudación del IEPS se redujo a un monto neto de $218,503.3 millones.

Eso, a pesar de que, efectivamente, en 2017 hubieran mayores ingresos petroleros, "no obstante, fueron inferiores al gasto que significó el estímulo fiscal, de manera que el saldo final por un alza en el precio de la mezcla mexicana fue de -$27,991.9 millones en 2017, equivalente a nueve veces el presupuesto aprobado para 2018, en conjunto, de la Secretaría de Energía, la Comisión Nacional de Hidrocarburos y la Comisión Reguladora de Energía".