Empresas de Singapur demandaron en una Corte Federal de Nueva York a la firma mexicana Perforadora Oro Negro. Este proceso es para que devuelva cinco plataformas petroleras (Decus, Fortius, Impetus, Primus y Laurus) a las que Pemex dio por terminados los contratos respectivos entre octubre y diciembre de 2017.

LPO reveló semanas atrás que Oro Negro está intentando vender estas plataformas en el mercado.  Cada plataforma se vendería en 100 millones de dólares cuando fueron adquiridas por un monto cercano a los 250 millones de dólares. De las dos que se encuentran operativas trabajando para Pemex se estimaba que generarían 160 mil dólares diarios pero en realidad están facturando 90 mil, esto producto del desplome que tuvo el crudo en todo el mundo. Pistas que sirven para entender la debacle de una empresa que ingresó con mucha fuerza gracias a fondos reunidos en el mercado de las Afores.

Desde mayo de 2016, Oro Negro había reestructurado deuda por 939 millones de dólares. El pasado 28 de agosto, la empresa presentó a los tenedores de bonos una nueva oferta de reestructura, que incluye traspasarles la propiedad de la plataforma Primus, canje por un nuevo bono de 300 millones de dólares con intereses más altos, 150 millones de dólares en capital en la empresa, entre otras propuestas.

"Se busca la declaración judicial de que Oro Negro violó los contratos de fletamento a casco desnudo, al no permitir a los dueños inspeccionar las plataformas ni pagar la renta", dice la demanda presentada el 15 de marzo, que también reclama pago de daños y perjuicios.

Oro Negro afirma que las empresas demandantes no son las "representantes legítimas" de las plataformas, y el caso se ha convertido en un litigio multinacional, con demandas y contrademandas en tribunales de México, Singapur y Estados Unidos.

El hecho es que Oro Negro inició en México un proceso de concurso mercantil por insolvencia el 11 de septiembre, lo que activó las cláusulas de incumplimiento de sus emisiones de deuda por 939 millones de dólares y permitió a los acreedores hacerse del control de las empresas de Singapur que son dueñas de las plataformas.