Ante el embate que vive Facebook en Estados Unidos y el Reino Unido por la filtración de los datos personales de millones de sus usuarios, surge la pregunta de qué podría hacer México en términos regulatorios o para proteger la información de sus ciudadanos.

Para Carlos Martínez Velázquez, director de Central Ciudadano y Consumidor, organización civil dedicada a temas de regulación y competencia con un enfoque al consumidor, el tema de la protección de datos en las redes sociales debe abordarse desde la educación del consumidor final. Y es que la regulación desde el Estado difícilmente va a solucionar estos problemas, o por lo menos no sin caer en la censura y acabar con algunos de los principios fundamentales del internet.

"¿Qué puede hacer el usuario para salvaguardar su privacidad?", cuestiona Martínez. "Nosotros siempre recomendamos leer términos y condiciones de los contratos, ver las medidas de privacidad, etc. Muchas veces preferimos poner las opciones por default; aceptamos todo y estamos poniendo en riesgo de manera voluntaria nuestra privacidad. Valdría la pena que los usuarios tuvieran más educación en los términos y condiciones y poner lo más restringido posible su privacidad".

El problema que los gobiernos enfrentan con frecuencia es que las empresas globales, como Uber, tienen sus servidores en otros países, lo que les permite evadir acciones u órdenes de las autoridades mexicanas, por ejemplo. "Los gobiernos tendrían que pensar cómo hacer una cooperación más amplia para que si tienes tus servidores en Irlanda no signifique que no puedas seguir las leyes en México", señaló. "Esta situación es una bronca que va más allá de este caso [Cambridge Analytica], trasciende las instancia políticas y jurídicas".

Insistiría que el usuario y los consumidores de las plataformas de comercio y sociales chequen sus datos. Chequen. Lean. El consumidor tiene un papel activo, si éste deja de entrar a la plataforma y comienza a exigir mayor seguridad de datos, las plataformas reaccionarán a la demanda. No son tontos.

Martínez apunta que en la Unión Europea han intentado regular a gigantes como Google y Amazon mediante leyes antimonopolio, forzándolos a vender partes específicas de su negocio. "Se ha hecho un esfuerzo por desagregar las plataformas. Lo que pasa con los monopolios es que no te dejan opción. Ese ha sido uno de los enfoques, hacerlo a través de las leyes antimonopolios. Aquí en México podría ser a través de la COFECE y las leyes de privacidad, sobre todo ver cómo estas bases de datos hacen que otros competidores no puedan entrar al mercado. El otro enfoque es el manejo de datos personales, aquí tenemos al INAI que podrían ponerse en acción respecto al manejo de datos".

El problema con la regulación desde los gobiernos, según explica Martínez, es que "pervierte el sentido del internet, que finalmente es un asunto entre personas que debería mantenerse en el anonimato". Es difícil imaginar leyes que no terminen por coartar la libertad de los usuarios. "Caminas en una línea bien fina, por eso nadie ha dado el paso hacia cómo gobernar esto".

"Nadie se ha podido poner de acuerdo en cómo hacerlo. Lo que pase en Estados Unidos va a ser bien interesante, porque tienes a legisladores como Elizabeth Warren y Marco Rubio, una de la extrema izquierda demócrata y el otro de la derecha republicana, y los dos estén pidiendo regulación. Te habla de esta inquietud política de hacer algo", señala.

"Por qué pensaríamos que el Estado o los gobiernos tendrían que intervenir en las relaciones que tenemos libremente en Facebook?", cuestiona el activista.

"Insistiría que el usuario y los consumidores de las plataformas de comercio y sociales chequen sus datos. Chequen. Lean. El consumidor tiene un papel activo, si éste deja de entrar a la plataforma y comienza a exigir mayor seguridad de datos, las plataformas reaccionarán a la demanda. No son tontos. Si somos usuarios comprometidos y consientes podemos empujar desde el lado de la demanda a que haya mejor oferta".