El pasado fin de semana Alejandro Quintero - publicista presidencial - partió de viaje y no volverÃa hasta mediados de la semana que viene. Un claro sÃntoma de que el War Room de José Antonio Meade ha dejado de ser un lugar prioritario para el ex ejecutivo de Televisa, que se aleja en los momentos decisivos antes del inicio de la campaña.
En enero Quintero comenzó a opinar y a intervenir en algunas reuniones de la campaña, esto en parte motivado por Enrique Peña Nieto quien confÃa en la visión del publicista. La aparición de Quintero generó roces inmediatos con Luis Videgaray y Aurelio Nuño.
Ahora el asesor tomarÃa distancia ante lo que entiende es una campaña mal dirigida y peor planificada. El detonante final: que se elija Yucatán para el primer acto, en un domingo de pascuas, considerando que se trata de un estado de cierto fervor religioso. Quienes defienden la decisión alegan que se debe a que es la única de las nueve entidades en juego que el PRI tiene serias chances de ganar.
Como sea, Quintero no verÃa con buenos ojos la influencia de Alejandra Sota, que dirige el cuarto de guerra de discurso y comunicación de la campaña y que responde por completo a Videgaray. De hecho, recientemente Quintero recordó que la campaña de Alfredo Del Mazo en Edomex mejoró el último mes, justo cuando Sota salió de la planificación de la misma.
Tampoco concuerda demasiado con que Meade hable tanto corrupción en spots y discursos porque asume que ese concepto el elector promedio lo tiene asociado con una connotación negativa hacia el PRI. Hablar de corrupción es estar hablando de los pecados del PRI.
Quienes lo frecuentan explican que Quintero se aleja además porque no quiere participar de una campaña en la cual un candidato del tricolor pudiera terminar tercero. Ya lo vivió en el 2000 en la campaña de Francisco Labastida y no quiere volver a pasar por lo mismo.
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