La ruta política de Miguel Ángel Mancera fue complicándose con el correr de los meses: primero fue el sismo -que canceló su vía independiente-, luego el apoyo que las tribus le fueron dando a Ricardo Anaya para la candidatura presidencial y finalmente el desembarco de Marcelo Ebrard en el proyecto de Andrés Manuel López Obrador.

La relación entre Mancera y su antecesor se terminó de romper en 2015, cuando el Jefe de Gobierno bloqueó la candidatura que pedía Ebrard a través del PRD. El ex mandatario capitalino sabía que en Los Pinos andaban con muchas ganas de verlo tras las rejas, sobre todo por la sospecha de que había filtrado los documentos de la "Casa Blanca" de Peña Nieto, uno de los golpes mediáticos más duros a esta gestión.

Mancera operó entonces con las tribus para bloquear su postulación y negarle un fuero en San Lázaro. Comenzaría en ese momento el exilio para el hombre que estuvo a pocos puntos de arrebatarle la candidatura presidencial a AMLO en 2012.

La salida de Arely Gómez de la PGR y la posterior renuncia de Miguel Ángel Osorio Chong de la Secretaría de Gobernación aceleró el regreso de Ebrard, que ya estaba instalado en Los Ángeles con un atractivo contrato de asesoría para Antonio Villaraigosa.

Como anticipó LPO, AMLO tuvo que transitar un delicado equilibrio para poder oficializar el regreso de Ebrard, que sonaba fuerte para la eventual Secretaría de Seguridad -el propio Ebrard rechazó esa oferta en las fiestas de diciembre- pero que finalmente se ocupó de coordinar la campaña en la Primera Circunscripción. Tampoco aceptó un lugar en el listado pluri.

En los últimos días se confirmó que Macerlo Ebrard también integraría el listado de asesores de Claudia Sheinbaum. Se abrió, entonces, una sospecha aun más inquietante para los equipos de Macenra: el verdadero deseo de Ebrard sería incursionar de alguna manera en el eventual gobierno capitalino.

En el círculo más íntimo de Mancera creen que Ebrard buscaría influir en la designación del Procurador de la Ciudad o al menos de un fiscal especial que investigue los posibles actos de corrupción del gobierno anterior. ¿De quién sospechan? De Fabián Medina, un prestigioso abogado que defendió a Ebrard -junto al estudio del recientemente fallecido Gonzalo Aguilar Zinser- en el caso de la Línea 12.

Fabián Medina es uno de los pocos aliados que se mantuvo fiel a su jefe político. Hay que recordar que Ebrard le había solicitado a René Cervera -su ex Jefe de Oficina en el Gobierno del DF- que ocupe la curul de diputados que consiguió por Movimiento Ciudadano en las elecciones de 2015 sólo la mitad de su mandato. La otro mitad le correspondería a Medina.

Ese fue el acuerdo cuando el propio Ebrard no pudo ser candidato, tras haber sido impugnado. Pero Cervera no cumplió, acaso por los acuerdos que ya había tejido con Mancera. Su esposa, Leticia Varela, que trabajó en el Gobierno del DF, y quien además tiene una relación de mucha amistad con Alejandra Barrales.