Llama la atención el momento que han elegido. Acaso el obstáculo más duro para Ricardo Anaya no sean los embates del Gobierno, ni las disputas con un sector de la prensa. El problema más grave para su campaña empieza a crecer desde las propias entrañas del PAN: Damián Zepeda configura su ruta para controlar el partido una vez que hayan pasado las elecciones.

Por supuesto, semejante apuesta ha generado malestar entre diferentes grupos de panistas, algunos de los cuales quedaron excluidos o fueron maltratados en las definiciones de las candidaturas. El caso más notable es el de Marko Cortés, como reveló LPO, que también aspira a presidir el blanquiazul.

En medio de la campaña, en varias entidades los grupos locales ya empiezan a apostar por Zepeda o Marko, sin descartar una reaparición de Rafael Moreno Valle después de julio, quien dependerá de cómo le vaya a su esposa Martha Erika Alonso.

En la Ciudad de México, el cacique que ostenta el control de la estructura y del padrón es Jorge Romero, quien ya andan comentando entre sus seguidores que tiene un acuerdo sellado con Zepeda para convertirse en el coordinador de los diputados azules en San Lázaro.

Hay que recordar que Zepeda ya nombró a Romero como coordinador blanquiazul de la campaña de Anaya en la Ciudad, pese a las autoridades del Frente ya habían hecho lo propio con Héctor Serrano, el brazo político de Miguel Ángel Mancera.

"Zepeda quiere ser coordinador en el Senado, y esa posición la define el CEN, espacio que también quiere controlar. Sería un caso histórico de un dirigente que se autodesigna coordinador en la Cámara Alta", se quejó un militante panista en diálogo con LPO.