Ricardo Anaya pagó con algunos puntos de preferencia electoral las denuncias que cayeron durante semanas, siempre asociadas a su patrimonio y su enriquecimiento. Pero esos obstáculos quedaron atrás, y el verdadero desafÃo para el candidato presidencial está adentro de su propio bunker: se desató una incipiente pero imparable pelea entre sus colaboradores más cercanos por hacerse del control del PAN pasadas las elecciones. Y el puntapié ya lo dio Damián Zepeda.
Según explicaron a LPO, los estatutos nos son claros repecto a la fecha de renovación de la dirigencia, pero sà que deberÃa realizarse en algún momento del segundo semestre, pasadas las presidenciales. Por eso, Zepeda empezó a tejer alianzas con los principales caciques azules de cada distrito, con la idea de controlar los padrones.
La definición del listado pluri para el Senado también confirmó que Zepeda quiso desplazar a Marko Cortés, otro aliado de Anaya que comandó la bancada en San Lázaro y se anotaba en la pelea por la dirigencia nacional. Con un agravante: es un adversario directo también en la búsqueda de la coordinación del Senado. Por eso lo relegó hasta la octava posición.
Muchos se preguntaron por qué Felipe Calderón se quedó en el PAN, cuando su esposa Margarita decidió renunciar al partido para ir por la vÃa independiente. Acaso en los próximos meses se devele ese misterio. Por lo pronto, desde las propias entrañas del panismo, Felipe estarÃa dialogando con varios gobernadores y "heridos" de Anaya para evaluar una alianza amplia tras la elección.
¿En qué consistirÃa? Calderón cree que el "posanayismo" es una etapa ya instalada incluso entre los aliados del candidato presidencial -las jugadas de Zepeda lo demostrarÃan- y por ese motivo buscarÃa garantizar el apoyo de varios gobernadores, entre los cuales aparecen Pancho DomÃnguez y MartÃn Orozco, además de "centenares de heridos" que quedaron desplazados. A ellos les pidió disculpas el queretano dÃas atrás.
Sumando gobernadores, calderonistas y heridos, Calderón piensa que Margarita podrÃa convertirse en la dirigente de un PAN que retome el espÃritu tradicional de sus bases. El rol de Moreno Valle serÃa clave, porque si Martha Erika consigue una victoria en Puebla, también reclamarÃa un espacio en el partido. La coordinación de la bancada en el Senado podrÃa ser el punto de acuerdo.
Claro, para que este plan cobre sentido, Anaya deberÃa perder la elección presidencial y Margarita tener una actuación digna, de al menos un 10%. Otro player cobrarÃa relevancia: Roberto Gil Zuarth, a quien Calderón lo imagina trabajando en la transición del Senado.
Por ahora son sólo escenarios que empieza a manejar el ex Presidente. Lo que parece innegable es que los diferentes grupos del blanquiazul empiezan a diagramar sus estrategias pensando en un escenario de derrota. Una mala señal para Anaya, que deberá revertir ese clima en su propio equipo.
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