La semana pasada Miguel Torruco, consuegro de Carlos Slim y nominado por AMLO para la Secretaría de Turismo si Morena gana la elección, dijo en una reunión privada en Veracruz que trae un proyecto para reforzar los controles migratorios sobre los turistas de EU que lleguen a México.

Es un tema sensible. México recibe, según datos de Sectur, un promedio de 40 millones de turistas anuales de los cuales casi el 60% provienen de EU. De ahí que el turismo y la hotelería se transformaran en partes cruciales del PIB nacional. El pan de Torruco generó alguna tensión entre quienes lo escucharon.

Torruco en ningún momento habló de imponer visas como ocurre a los mexicanos que viajan a EU, sino de aplicar mayores controles fotográficos y dactilares de modo de tener un registro más completo.

Otro tema que dejó alguna inquietud es que el ex secretario de Turismo de CDMX se pronunció en favor de que el Gobierno controle el Consejo de Promoción Turística de México, que es un foro actualmente dominado por las grandes empresas del sector.

En Veracruz el empresario aprovechó para lanzarse contra la gestión de Miguel Yunes Márquez y dijo que el centro de Veracruz se encuentra muy deteriorado al tiempo que lo comparó con el centro de La Habana.

Semanas atrás en un reportaje con Proceso Torruco se despachó fuerte contra el Gobierno del PRI y dijo que los empresarios que cuestionan a la admiistración luego son perseguidos por el SAT.