José Antonio Meade ya comienza a moverse en Monterrey buscando un doble matiz en una entidad que vislumbra clave para las elecciones presidenciales: en primera instancia, presentará su proyecto de desarrollo económico ante empresarios y emprendedores del estado.

En segunda instancia, bajo el espectro territorial, Meade hace una jugada por consolidar el voto estructural del PRI en la entidad que, según entiende, le permitirá alcanzar a Morena. Este es un desafío por las múltipes divisiones existentes en el tricolor de NL.

LPO pudo saber que al interior del partido circula la percepción de que las elecciones federales del 2006 fueron la prueba de que López Obrador es alcanzable pese a comenzar como puntero en los sondeos. 

La jugada durante las siguientes semanas será de utilizar el voto estructural priista para expandir la preferencia territorial de Meade mientras se revierte el efecto AMLO. Esta prueba será clave para saber si el esquema pudiera aplicarse a nivel nacional.

Al interior del tricolor saben que pese al historial limpio de su candidato ante acusaciones judiciales, esto no ha sido suficiente para desligar la marca Meade de los casos de corrupción de ex gobernadores priistas.

Ante esto, el PRI continuará jugando la carta de que dichas figuras están siendo encarceladas e imputadas porque se ha hecho justicia en un panorama de gobernabilidad. En paralelo, en el tricolor señalan que la propuesta de Meade Kuribreña de desligarse del fuero ayudará a emancipar su imagen de la corrupción.

El PRI en Nuevo León ya se concentra en desestabilizar a Andrés Manuel luego de utilizar en días previos a la figura del dirigente estatal Pedro Pablo Treviño para mantener viva la llama de los nuevos señalamientos en contra de la acusación de lavado de dinero de Ricardo Anaya.