Emmanuel Macron ha logrado como pocos conquistar la simpatía del presidente Donald J. Trump. Desde la primera visita del norteamericano a Francia el año pasado, Macron le dio el trato protocolario y exagerado que Trump atesora, enamorándolo con el espectacular desfile militar con el que cada año Francia conmemora el día de la Bastilla. La impresión fue tal que a su regreso Trump ordenó un desfile similar para Washington.

Anoche Macron y su esposa se convirtieron en los primeros visitantes en recibir una cena de Estado, el evento protocolario de mayor jerarquía que puede recibir un visitante extranjero. El ya por naturaleza suntuoso evento recibió lujo adicional cortesía del gusto personal de la primera dama Melania quien, igual que sus antecesoras, fue la encargada de supervisar el menú y una decoración que incluyó vajillas con toques de oro y enormes alfombras rojas.

A diferencia de otras ocasiones, Trump decidió no invitar a un solo demócrata ni a miembros de la prensa. La lista de invitados incluyó a magnates como David Rubinstein; Tim Cook, CEO de Apple; Rupert Murdoch, dueño de Fox News y asesor informal del presidente. De la clase política asistieron personajes como el líder la mayoría en la Asamblea, Kevin McCarthy, quien posiblemente reemplazará a Paul Ryan como vocero de la cámara baja; el excanciller Henry Kissinger; y el presidente de la Suprema Corte, John Roberts. Por supuesto no podían faltar Jared e Ivanka Kushner, yerno e hija del presidente; además de miembros del gabinete presidencial como el secretario del Tesoro Steven Mnuchin; de la Defensa, James Mattis; y los recién llegados John Bolton, asesor de Seguridad Nacional, y Larry Ludlow, asesor económico.

Trump: Kim Jong Un ha sido realmente muy abierto y, creo, que muy honorable, por todo lo que hemos visto

Scott Pruitt, quien se encuentra envuelto en un escándalo de malos manejos por su actuación al frente de la Agencia de Protección Ambiental, no fue requerido.

Durante su brindis, Trump reconoció a su esposa, "la absolutamente increíble primera dama, gracias por hacer de ésta una noche que siempre atesoraremos y recordaremos". Habló de la amistad de siglos que une a EU y a Francia e instó a "trabajar juntos todos los días para construir un futuro que sea más justo, próspero y libre".

Los mandatarios han presumido y celebrado su amistado. Ayer en un extraño momento, Trump sacudió un poco de caspa del saco de Macron: "Tenemos que ponerlo perfecto-él es perfecto", dijo a los miembros de la prensa.

En otro extraño momento ante los miembros de la prensa, Trump alabó al dictador norcoreano Kim Jong Un cuando respondía una pregunta respecto a la posible reunión y desnuclearización del país asiático.

"Vamos a tener una reunión con Kim Jong Un y eso será muy pronto. Nos han dicho que quieren tener la reunión lo antes posible y creemos que será algo muy bueno para Corea del Norte, Corea del Sur, Japón, y Francia", dijo, señalando a Macrón.

"Así que tenemos muy buenas discusiones, y Kim Jong Un ha sido realmente muy abierto y creo muy honorable, por todo lo que hemos visto. Muchas veces Corea del Norte ha hecho promesas, pero nunca han estado en esta posición". Trump dijo que la severidad que su administración ha demostrado con el régimen ha contribuido a la buena disposición del dictador.

Apenas ayer, con Macron a su lado, Trump dijo que el acuerdo de Irán, firmado durante la administración de Barack Obama, era "demente" y "ridículo"

Macron, sin embargo, tiene intereses más profundos que recibir los aplausos de Trump. Se sabe que tanto él como la canciller alemana Angela Merkel, quien arribará mañana a Washington, buscarán convencer a Trump de la importancia de preservar el acuerdo nuclear con Irán. Se sabe que Macron encuentra varios problemas con el tratado, por ejemplo, que no impide el desarrollo de misiles balísticos, a pesar de lo cual entiende la importancia de mantenerlo.

En repetidas ocasiones el norteamericano ha criticado el pacto firmado por diversas naciones y que es uno de los logros más emblemáticos de la administración Obama.

Apenas ayer, con Macron a su lado, Trump dijo que el acuerdo era "demente" y "ridículo", sin embargo, para sus aliados occidentales el acuerdo que consiguió la desnuclearización de Irán es indispensable para mantener la paz en la región.