Iván Duque tiene apenas 41 años y transmite esa confianza de los políticos en ascenso. Lidera cómodo las encuestas para la primera vuelta de las presidenciales de Colombia del próximo 27 de mayo. Cercano al ex presidente Uribe, con postgrados en Harvard y Georgetown, parece encamarse a ser uno de los nuevos líderes de la centroderecha latinoamericana. De paso por Buenos Aires para asistir a un seminario de la Fundación Libertad, que compartió con el escritor Mario Vargas Llosa, accedió a una entrevista con LPO, en la impactante bibioteca de la Legislatura porteña.

La detención del ex guerrillero Jesús Santrich por narcotráfico generó que Iván Márquez, ex líder de las FARC, anunciara que no asume como senador. Se abre así un interrogante sobre el futuro del proceso de paz en Colombia ¿Qué cree que va a pasar?

Ha pasado un año y medio desde la firma del acuerdo de Colón y uno de los elementos que los colombianos creímos que las FARC iban a cumplir, era que iban a entregar toda la información de sus vínculos con el narcotráfico: Sus rutas, socios, donde están los laboratorios, quienes les entregaban los precursores químicos. Pero un año y medio después esa información se desconoce.

El presidente Santos dijo que ningún cabecilla de las FARC que hubiera cometido crímenes de lesa humanidad llegaría al Congreso, sin cumplir previamente sus penas y sin embargo están llegando al Congreso.

Y es una infeliz coincidencia que ahora uno de los negociadores de las FARC sea capturado por una evidencia contundente que lo involucra en la exportación de diez toneladas de cocaína a los Estados Unidos. Entonces, es evidente que hay que exigirle a las FARC que entregue esa información para desarticular esas redes de narcotráfico y en caso contrario quedará en evidencia que había miembros y cabecillas de esa organización que querían seguir en el negocio.

¿Esta amenaza de Márquez de no asumir la banca de senador que se le adjudicó como parte de la "normalización política" de las FARC, qué implica?

No creo que sea una amenaza. Voy a ser claro: Siempre dije que era muy grave para la institucionalidad colombiana que personas que han cometido crímenes de lesa humanidad puedan llegar de manera automática al Congreso de la República, sin haberse presentado a la justicia, sin haber reparado, sin haber dicho toda la verdad y sin haber cumplido siquiera las penas transicionales.

De hecho, el presidente Santos dijo en la campaña del plebiscito -que ganó el NO-, siempre dijo que ningún cabecilla responsable de crímenes de lesa humanidad llegaría al Congreso sin cumplir esos elementos y están llegando al Congreso. Entonces, si Iván Márquez no va, pues celebro que un criminal de lesa humanidad no llegue al Congreso.

LPOMarcelo Arias

Se suma a esta compleja coyuntura el lamentable asesinato de tres periodistas ecuatorianos por parte de un comando de las "FARC disidentes".

Lamentable, porque una estructura llamada ahora "disidente", que tiene como líder a un personaje siniestro, reconocido como alias "Guacho", está ejerciendo un control territorial sobre una zona del Pacífico colombiano, limítrofe con el Ecuador, y crece en su poderío criminal.

He dicho que si soy presidente de Colombia le voy a devolver al país la seguridad y una de mis victorias tempranas que espero consolidar es llegar con la fuerza pública y la justicia para capturar a ese criminal y darle una sentencia ejemplificadora.

No voy a opinar de (la propuesta de amnistía a narcos de López Obrador), pero si puedo hablar de la experiencia de Colombia: En los años noventa tuvimos ese experimento con Pablo Escobar y el resultado fue terrible.

¿Considera que fue un error el proceso de paz?

Se cometieron errores que se hubieran podido enmendar. Nosotros fuimos al plebiscito y nunca dijimos que íbamos a destruir los acuerdos, pero que era necesario hacerles reformas esenciales para evitar lo que está ocurriendo.

¿Cuáles fueron los temas que pedimos modificar? Primero que el narcotráfico no fuera considerado conexo al delito político y por ende amnistiable, para que no sigamos teniendo más grupos armados que se quieran revestir de cierto aire ideológico para tratar de ganar los beneficios que tuvieron las FARC. Segundo, la erradicación y sustitución de cultivos ilícitos debe ser obligatoria, no voluntaria. Esto es esencial, porque en Colombia estamos viendo que el área sembrada de coca pasó de 60 mil hectáreas a más de 200 mil hectáreas y ese va a ser un combustible de la violencia. Tercero: Armas escondidas y dinero escondidos significa que los cabecillas deber perder los beneficios. Y lo último, en lo que es justicia transicional uno entiende que puede haber reducción de penas, pero no ausencia de penas para delitos graves.

En México hay elecciones de presidente en julio y el candidato que lidera cómodo las encuestas, López Obrador, está con esta propuesta de amnistiar a los narcos y su equipo está mirando muy de cerca la experiencia de Colombia, porque dicen que tienen que desarmar el próximo ejército narco, el de los niños de 13 años que empiezan a sumarse al narco ¿Cuál es su mirada de esa idea?

No voy a interferir en asuntos políticos de México, pero si voy a hablar de la experiencia colombiana con el narcotráfico. En los años noventa tuvimos ese experimento y fue terrible. Pablo Escobar tuvo su propia justicia transicional, porque él negocio con el Gobierno la no extradición, que fue prohibida en la Constitución; él negoció los decretos de sometimiento a la justicia y negoció las condiciones de reclusión: su cárcel, su guardia y todo. Básicamente lo que hizo fue aprovechar todas las debilidades y concesiones del Estado para seguir en su vida criminal.

Muchos otros narcotraficantes que llegaron a las cárceles en esa época con esa política, era una burla. Llegaban a la cárcel a blanquear sus fortunas y seguir con sus actividades criminales. Yo quiero ser claro: Con los narcotraficantes no se puede negociar, con los criminales no se puede negociar, porque siempre le sacan ventaja al Estado. Creo que hay que definir un marco de sometimiento a la justicia y ese marco tiene que ser clarísimo y debe haber una pena severa por esos delitos.

LPOMarcelo Arias

¿Pero que se hace cuando del otro lado se argumenta que la guerra contra el narco fracasó y sólo dejó mas violencia y muertes? En México se calculan más de 200 mil muertos desde que Calderón declaró la guerra al narco, allá por el 2008.

Creo que algunos países llegaron tarde a darse cuenta del problema. A nosotros en Colombia nos pasó, en los ochenta dejamos incubar ese mal y cuando los carteles estaban consolidados, ya tenían gran capacidad de intimidación. Y nos tomó un tiempo relativamente largo y un gran sacrificio enfrentarlos. Pero creo que la única manera de enfrentar el narcotráfico es con toda la capacidad ofensiva y disuasiva de la fuerza pública y sancionatoria de la justicia.

Enmendar políticas equivocadas de décadas, como le tocó a Macri, tiene un costo en términos políticos. Pero ha logrado generar confianza internacional en la Argentina y al tarde o temprano le va a traer réditos importantes.

Me parece que los países que están enfrentando este fenómeno deber tenerlo claro porque el narcotráfico es la médula del problema y por más que haya negociaciones con los narcos bajo el supuesto que se van a entregar a las autoridades, lo que hay que desarticular es el negocio. Y ese negocio va sustituyendo sus capos, por ese hay que tener una actitud vertical y ejemplarizante en la justicia y al mismo tiempo toda la capacidad para desmantelar la estructura criminal, el lavado de activos, el tráfico de armas, el tráfico de precursores, los laboratorios y los despachos.

Ahora, Colombia y México son como dos caras de un mismo negocio: En un lado está la producción y en el otro el paso a Estados Unidos ¿La estrategia que se tome contra el narco no debería ser materia de una acuerdo binacional y hasta regional?

Creo que si y de hecho el capturado Sentrich tenía vínculos con el cartel de Sinaloa y no tengo duda que los carteles mexicanos tienen influencia en mi país y en el caso de Venezuela el cartel de los soles que está enquistado en el gobierno de Nicolás Maduro, también tiene el control de zonas de producción en Colombia. En efecto se requiere un gran esfuerzo regional para desarticular estas redes y esto implica compartir información para hacer extinción de dominio, para detectar los proveedores de armamentos, por donde se triangulan las ordenes de precursores químicos del mundo que terminan en los laboratorios en la selva de Colombia y tener una muy buena y eficaz capacidad de interdicción aérea, terrestre y marítima para detectar el tráfico.

Santos, Uribe y Macri

¿Cual es su visión sobre el presidente Santos, que es elogiado en el mundo por el tratado de paz con las FARC y en Colombia está en el piso de la aprobación con apenas un quince por ciento de aprobación, según los últimos sondeos?

Creo que los colombianos no hemos dado cuenta que la crisis de seguridad es grande. Se habló de paz, pero tenemos más área sembrada de coca que en el año 2000, cuando empezó el Plan Colombia.

Tenemos un crecimiento exponencial de la extorsión, bandas criminales que vuelven a sentirse a lo ancho de la seda para controlar espacios del territorio vinculados al narcotráfico. Tenemos además una economía con una gran desaceleración y un golpe fuerte a la industria, por unas políticas equivocadas que fue ampliar los gastos permanentes, basados en una bonanza transitoria petrolera. Se cayeron los precios del petróleo y no tenían con qué afrontarlos.

Por último tenemos el gran desapego con la ciudadanía. Todo esto lleva a un rechazo nacional a Santos.

LPOMarcelo Arias

¿Qué visión se lleva de Macri y su gobierno, en esta visita a la Argentina?

Celebro que ha sido un gobernante con una agenda muy clara de devolverle confianza a la economía, pero le ha tocado un proceso muy duro. Enmendar políticas equivocadas del pasado que duraron décadas, tiene unos costos en términos políticos. Sin embargo, creo que ha logrado generar una confianza internacional con respecto a la Argentina, que tarde o temprano le va a traer réditos importantes. Me parece que Macri ha planteado unas reformas, en términos de los mercados, de volver a estimular la inversión en el país, que son exitosas.

Creo además que Macri es una persona comprometida regionalmente con la defensa de la democracia. Cuando uno ve gobernantes que tienen la capacidad, por ejemplo, de denunciar lo que está ocurriendo en Venezuela con esa dictadura y hace un llamado internacional a la defensa de la democracia para que entre varios países se pueda asilar a un régimen oprobioso como el de Nicolás Maduro, también celebro esa actitud del presidente Macri.

¿En caso de que usted gane las elecciones, que nivel de autonomía tendría respecto al ex presidente Uribe, visto como su principal mentor?

Voy a ser el presidente de Colombia con la ayuda de Dios y el apoyo de los colombianos. El presidente se va a llamar Iván Duque. Ahora, el ex presidente Uribe es mi amigo, ha sido mi compañero y va a ser el líder de la bancada en el Congreso. Hay que trabajar en equipo con mi bancada. Tengo una agenda ambiciosa de reformas que quiero trabajar con ellos, pero el presidente de la República voy a ser yo.