Es la segunda vez que Andrés Manuel López Obrador muestra una salida elegante, en medio de sus amenazas con echar atrás las obras del Aeropuerto. Fue en la reunión plenaria del Grupo Financiero CitiBanamex, hace exactamente una semana. Dijo que vería con buenos ojos que Carlos Slim encabezara un grupo de empresarios que se decidieran a concesionar la nueva terminal.

Pero, ¿qué hay detrás de esta sutil oferta? La teoría de AMLO es que el Nuevo Aeropuerto no sólo esconde vicios de corrupción, con un costo elevadísimo, sino que además está convencido que es un negocio perfecto para los contratistas, porque cada dos o tres años tendrían que encabezar obras de nivelación sobre las pistas.

Hay que recordar que el Nuevo Aeropuerto se erige sobre el Lago de Texcoco, unos de los terrenos que más hundimiento sufren de todo el Valle. "Por eso defiende tanto ese contrato, no es sólo dinero que le ingresará ahora, sino los negocios futuros por mantenimiento que implica esta obra", explicaron desde el Gabinete de López Obrador.

La idea que manejan por estos días entre los asesores más cercanos al tabasqueño, es que una vez que consigan el eventual triunfo el 1 de julio, casi como primer acto de gobierno electo, exijan una mesa tripartita con representantes del Gobierno de Enrique Peña Nieto, empresarios encabezados por Carlos Slim y un representante de AMLO, que sería Javier Jiménez Espriú.

"Si quieren seguir con el Aeropuerto allí, perfecto. Pero que ellos asumen los riesgos, porque hasta ahora es el Estado el que asumirá todos los costos de mantenimiento que sin dudas tendremos a futuro", explicó una fuente del Gabinete.

Además de ser el eventual Secretario de Comunicaciones y Transportes, Jiménez Espriú es un ingeniero respetado por Carlos Slim. Se trata de un hombre que presidió la Academia de Ingenieros de México, que lideró Teléfonos de México cuando todavía era una empresa del Estado y que ya ocupó la Subsecretaría de la SCT durante el sexenio de Miguel De la Madrid.

"Antes de la elección parece imposible. Ahora, si ganamos, el dos de julio estaremos tocando la puerta de Los Pinos para instalar una mesa de diálogo. Creemos que esta es la opción más viable, sino habrá que suspender la obras y activar el proyecto de Santa Lucía. Por eso AMLO ya lo sugiere en público", afirmó la misma fuente a LPO.