Mientras unos celebraran la apertura de la nueva embajada de Estados Unidos en Jerusalén, media docena de palestinos morÃan a manos del ejército israelà en la Franja de Gaza, donde cientos se sumaron a las protestas por la decisión de Donald Trump de mover la embajada.
Durante décadas Jerusalén ha sido territorio en disputa, a pesar de estar bajo el control de los israelÃes, los palestinos también consideran a la ciudad su capital histórica. Hace meses Trump anunció que sacarÃa la embajada de Tel Aviv, ciudad reconocida por el resto del mundo como la sede de los poderes del Estado de Israel, y la llevarÃa a Jerusalén, disparando la indignación de millones de musulmanes alrededor del mundo e incluso una condena pública ante el pleno de Naciones Unidas.
Hasta el momento se han reportado 52 muertes durante las protestas. Se trata de la jornada que más vidas ha cobrado desde los enfrentamientos de 2014.
Gran dÃa para Israel. ¡Felicidades!
Trump al final decidió no asistir a la inauguración del edificio, que es una mudanza más bien simbolica ya que sólo contempla al embajador y cuatro colaboradores, el resto de la operación diplomática permanecerá en Tel Aviv. Como invitados especiales asistieron la hija del presidente, Ivana Trump, su marido Jared Kushner, quien por cierto tiene la titánica e inexplicable encomienda de alcanzar la paz en la región, y el magnate Robert Mercer, uno de los más poderosos donadores al Partido Republicano y quien más fuerte ha impulsado la agenda pro-Israel en los últimos años.
Mientras tanto, la Casa Blanca condenó las "trágicas muertes" y responsabilizó a Hamas, movimiento polÃtico considerado terrorista por el Gobierno de EU.
"La responsabilidad de estas trágicas muertes reside completamente en Hamas", declaró el vocero Raj Shah. "Hamas está provocando de manera intencional y cÃnica esta respuesta", y agregó que Israel "tiene derecho de protegerse".
A pesar de la mudanza, la administración Trump ha declarado que oficialmente no está tomando una posición formal respecto a Jerusalén, que simplemente se trata de reconocer "la realidad" de la situación, pero no descarta la posibilidad de dividir la milenaria ciudad y conceder territorio a los palestinos.
Netanyahu, por su parte, interpretó algo distinto cuando hoy pidió que Dios bendijera a Jerusalén, "la eterna, indivisible capital de Israel".
"Gracias, presidente Trump, por tener la valentÃa de mantener sus promesas. Gracias, presidente Trump, y gracias a todos ustedes por hacer la alianza entre Estados Unidos e Israel más fuerte que nunca".
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