Repsol termina una semana de fuertes turbulencias en la Bolsa de Madrid. Su acción manifestó la mayor caída desde el Brexit del 2016 en Reino Unido y hubo un record en el retiro de utilidades.

Se trata de uno de los jugadores extranjeros que serán clave en el futuro de la reforma energética en México. La petrolero española tiene un plan muy ambicioso de apertura de gasolineras, centros de almacenaje e importación de combustibles.

Desde que comenzó Mayo, sus acciones sólo habían cerrado tres sesiones a la baja, con una revalorización acumulada de tres semanas, un rendimiento notable cuando la tendencia en los índices españoles era a la baja.

La escalada del precio del petróleo hasta sus máximos desde finales del 2014 aceleró el optimismo que inyectaron los resultados publicados el pasado 4 de mayo. En el primer trimestre del año, pulverizó las previsiones al obtener un beneficio de 616 millones de euros.

En plena espiral alcista del sector y a pesar de los sucesivos récords históricos, los inversionistas se resistían a recoger utilidades en Repsol. Esta semana, en cambio, dieron vía libre a la toma de plusvalías y no sólo en la petrolera española. Las acciones de la petrolera española cayeron 4.37%, a 16.4 euros, su peor sesión desde el referéndum sobre el Brexit, cuando se hundió 10.94 por ciento.

Repsol padece  el retroceso del precio del petróleo, que en el caso del barril de Brent alcanzaba el 0,92% esta mañana, tras anunciar la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) que podría decidir aumentar la producción de petróleo en la próxima reunión de junio debido a las preocupaciones sobre el suministro iraní y venezolano, y después de que Washington avisara de que el repunte del precio del crudo podría llegar muy lejos.