El comando electoral de José Antonio Meade tiene registrado que en Sonora Morena le lleva más de quince puntos de ventaja al PRI, dejando así al Frente tercer lugar. Algunos sondeos incluso hablan de 20 puntos de distancia, inimaginable apenas unos meses atrás. Algunos creían que cuando se iniciaran las campañas locales esto mermaría, cosa que -hasta el momento- no está ocurriendo.

Esta realidad está disparando la tensión entre Aurelio Nuño y la gobernadora Claudia Pavlovich, referenciada en Manlio Fabio Beltrones e integrante de un sector del PRI que no ve con buenos ojos a la tecnocracia. Es entendible: Sonora y Coahuila son los únicos estados fronterizos donde gobierna el PRI en una campaña en la cual busca lograr 5 millones de votos en el norte. Ese número luce lejano.

Según datos que maneja la campaña tricolor, Meade está tercero en Nuevo León, segundo en Tamaulipas, segundo en Coahuila y segundo en Sonora. El problema es que en esta última entidad la ventaja de Morena es demasiado ostensible. Morena tiene el mismo nivel de aceptación que en estados sureños. Eso molesta a Nuño.

Este nuevo episodio refuerza las versiones de una habitual tensión -a veces más silenciosa- entre el Grupo Atlacomulco y la "vieja guardia" del PRI. Manlio Fabio funge como uno de los coordinadores de la campaña de Meade pero los lugares donde ha intervenido el candidato no ha mejorado. Para ser equilibrados, hay que decir que prácticamente en ningún estado sobresalió Meade. 

Pavlovich a su vez tiene sus problemas locales con el Gobierno a consecuencia de la indefinición del TLCAN, acuerdo del cual dependen el 70% de a economía de Sonora. La gobernadora, igual que otros mandatarios estatales, considera que el rol del gobierno ha sido decepcionante.

Nada es eventual. Estas historias van en paralelo a que el INE ha estado excesivamente atento a los recursos de la campaña de Sylvana Beltrones.