El círculo más íntimo de Andrés Manuel López Obrador arrancó días atrás la operación más fina en territorios donde las elecciones no están definidas. Su equipo da por descontado que ganarán la Presidencia, las gubernaturas de Chiapas, Tabasco, Morelos y la Ciudad de México. Ahora se concentran en Puebla y Veracruz.

Desde el war room de Morena explicaron a LPO que sus sondeos ponen a Cuitláhuac García a 8 puntos de Miguel Ángel Yunes Márquez, una distancia importante, pero cuando se descuentan los márgenes de error de los sondeos, y la implacable maquinaria del gobernador, no garantiza un triunfo.

Con esa incertidumbre, López Obrador quiere sumar una última presencia en la entidad con un cierre masivo que alimente las expectativas de sus militantes. Por eso se rentó el estadio de los Tiburones Rojos, en donde ya se pusieron un objetivo: el próximo sábado deberán reunir al menos 50 mil militantes.

Hay que recordar que Veracruz es, además, el tercer padrón electoral más robusto del país, sólo detrás del Estado de México y la Ciudad de México. Hasta el momento, las encuestas públicas admiten que hay un empate técnico entre el hijo del gobernador y el postulante de Morena. El recuento será para la foto.

La operadora de Morena en la entidad es nada menos que Rocío Nahle, una de las personas más cercanas al tabasqueño, que además de ir por el Senado fue nominada para manejar la eventual Secretaría de Energía.

Los sondeos de Morena ponen a Pepe Yunes alrededor de los 18 puntos, a Miguel Ángel Yunes Márquez apenas encima de los 30 puntos y a Cuitláhuac rozando los 40 puntos.