Los perredistas y panistas que no fueron desplazados por la ola marrón en la Ciudad de México, se replegaron en sus propios bastiones. Es el caso de los solaztequistas Mauricio Toledo en Coyoacán y la Venustiano Carranza de José Luis Moreno, también Jorge Romero hizo lo suyo en Benito Juárez y el priista Adrián Rubalcava en Cuajimalpa.

"Reconocemos que el Conteo del Instituto Electoral de la Ciudad de México no nos favorece, aunque continúa y vamos a estar pendientes de esos votos y de los resultados de las alcaldías", dijo ayer Alejandra Barrales al reconocer el triunfo de Claudia Sheinbaum.

Sin embargo, uno de los más influyentes caciques amarillo en la capital no pudo retener su territorio y perdió frente a la polémica Layda Sansores. De este modo, Leonel Luna daría paso a la alternancia en la alcaldía, luego de 15 años de gobiernos del Sol Azteca.

El golpe de Morena no es menor. Luna Estrada no sólo es el presidente de la Mesa Directiva de la Asamblea Legislativa local, sino además uno de los operadores de mayor jerarquía de Vanguardia Progresista, la tribu que respalda la carrera política de Miguel Ángel Mancera y de la que procede el actual líder nacional del PRD, Manuel Granados.

Su lugar como candidato plurinominal perredista tampoco es un hecho. La baja votación en favor del Sol Azteca, puso a su partido en niveles propios de Movimiento Ciudadano, un partido satélite de la izquierda. Por no hablar de su polémico por su papel en la Comisión de Reconstrucción en la ALDF, donde se le señaló que querer hacer uso discrecional -junto a Toledo y Romero- de recursos para los damnificados del sismo.