Luego del encuentro a puerta cerrada con Andrés Manuel López Obrador, dos magnates claves en el establishment de este país afirmaron su respaldo al virtual presidente electo: Claudio X. González y Alejandro Ramírez, quienes en el pasado protagonizaron ríspidos momentos con el tabasqueño.

Durante el proceso electoral, y conforme se redujeron las posibilidades de José Antonio Meade, se habló sobre el apoyo que los magnates darían a Ricardo Anaya, en medio de una serie críticas declaraciones en contra del tabasqueño. Desde entonces, el equipo de Morena optó por calmar las aguas y buscó una serie de encuentros, que dieron freno a los misiles.

Este miércoles, ya con el respaldo triunfo de Morena, López Obrador volvió a encontrarse con los magnates y esta vez, incluso hubo atención a la prensa, ante la que declararon que había tranquilidad.

El dueño de Kimberly Clark México, usualmente hermético sobre sus opiniones, declaró a la salida del encuentro encabezado por el CCE de Juan Pablo Castañón, que salieron "muy entusiasmados, con energía para lo que tenemos que hacer".

Subrayó que hay dos proyectos en los que se enfocó el tabasqueño y con los cuales, aseguró, está de acuerdo. Uno de ellos es el de arrancar un proceso de aprendizaje con los jóvenes -bajo la tutela de empresarios- para que puedan ser empleados. "Yo creo que es muy importante", reconoció sobre este objetivo al que López Obrador comprometió ante las cámaras a Castañón de firmar un acuerdo en cuanto inicie de manera oficial la transición.

El otro es el de apoyar al sur para que esté al nivel de el centro y norte del país. "Creo que eso marcará su sexenio y es muy importante. No cabe duda que el sur necesita esos apoyos", opinó.

El día de ayer, el empresario también declaró que le convencía su preocupación por la seguridad, por "serenar" el país.

Otro que opinó fue Alejandro Ramírez, presidente del Consejo Nacional de Negocios. "Fue una muy buena reunión, hubo intercambios sobre propuestas específicas y estamos muy optimistas de lo que podamos hacer con la colaboración conjunta del sector privado con el nuevo Gobierno. Fue un diálogo constructivo conciliador, propositivo y que genera confianza, nos da certidumbre sobre marco regulatorio" y afirmó que se disiparon sus dudas sobre que pudiera ser un gobierno populista.