Brasil quedó sumergido en una batalla judicial luego de que el juez Rogerio Favreto ordenara este domingo la liberación del ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva, preso desde el 7 de abril, una medida que revocó horas más tarde un magistrado de la causa Lava Jato.

Como dan cuenta los medios brasileños, el juez João Gebran Neto ordenó a la Policía Federal abstenerse a "practicar cualquier acto que modifique la decisión colegiada" y determinó que Lula debe seguir en prisión, luego de que el juez federal Rogerio Favreto concediera un habeas corpus al ex presidente de Brasil.

En rigor, Favreto, del Tribunal Regional Federal de la Cuarta Región (TRF-4) con sede en Porto Alegre, había acatado el habeas corpus que presentaron el viernes tres diputados del Partido de los Trabajadores (PT), que exigían que lo dejaran en libertad al considerar que no había fundamento jurídico para su detención.

Según el diario Folha de San Pablo, el magistrado había dado lugar al recurso de Wadih Damous, Paulo Pimenta y Paulo Teixeira, al pedir que el ex Presidente fuera liberado inmediatamente y que deje la prisión de modo inmediato.

La noticia sorprendió a Brasil y al darse a conocer que Lula podría quedar en libertad este mismo domingo, arrancó un debate por un conflicto de competencias. Es que el juez Sergio Moro -quien mandó a Lula a prisión- salió enseguida a decir que Favreto no tiene la facultad de tomar la decisión de liberarlo.

Por eso, Moro se negó a cumplir la decisión de Favreto y fundamentó: "Si un actor o autoridad policial cumple la decisión de una autoridad absolutamente incompetente, estará incumpliendo la orden de prisión emitida por el colegiado del Tribunal Regional Federal de la 4ta región".

Horas más tarde se conoció la decisión de Gebran Neto, amigo de Moro. "Determino que la autoridad coautora" de la orden y la Policía Federal "se abstengan de practicar cualquier acto que modifique la decisión colegiada" del tribunal, escribió el magistrado, uno de los tres jueces que integran la octava sala del Tribunal Regional Federal de la Cuarta Región de Porto Alegre, corte que condenó a Lula por corrupción pasiva y lavado de dinero.

El clima político que se vive en Brasil es de total incertidumbre. Es que, más allá de la guerra judicial, Lula lidera las encuestas de cara a las elecciones y ya está lanzado a la campaña. Incluso Favreto había argumentado su pedido de liberación al afirmar que el encarcelamiento atentaba contra su derecho a ser candidato a Presidente.

Mientras que desde la oposición aseguran que estará inhabilitado para competir, Lula los desafía y hace unos días hizo una carta pública en la que les exigió que presenten pruebas sobre su supuesta culpabilidad hasta el 15 de agosto, fecha en la que -aseguró- que su candidatura será registrada en la Justicia Electoral.

El juez Favreto había sido el único del TRF-4 que votó por la apertura de un procedimiento disciplinario contra el juez Sergio Moro, bajo la alegación de "índole política" por mandar a Lula a la cárcel.

Crítico del Lava Jato, el magistrado fue afiliado al PT durante 20 años y ocupó cargos en el gobierno de Lula y en otras administraciones de su espacio político antes de ingresar al tribunal, por eso fue blanco de críticas de los opositores.

Lula mantuvo siempre su inocencia en el juicio por corrupción ligado a la empresa Odebrecht, y aún en prisión aseguró que competirá en las elecciones presidenciales pautadas en Brasil para octubre.