Lo había anticipado LPO hace varios meses: Enojado con Damián Zepeda por amarrarse una pluri y lanzarlo hasta la octava posición del listado -que finalmente lo marginó de la Cámara Alta- Marko Cortés decidió que era momento de lanzarse por la sucesión de Ricardo Anaya, un tesoro que ya se empezaban a disputar diferentes espacios azules frente a un candidato presidencial que no crecía en las encuestas.

Marko aprovechó la "soltura" que tenía en la campaña -no disputada un cargo, sabía que muy probablemente no ingresaría al Senado, y no debía dar la cara por una inminente derrota de Anaya- para recorrer el país, juntándose con los liderazgos regionales, a quienes de seguro necesitará para dar la pelea por el partido. 

Cortés mantuvo el silencio hasta hoy, después que Miguel Márquez anunciara que no peleará por la dirigencia. No es un dato menor: el gobernador de Guanajuato era el otro prospecto del anayismo para la sucesión. Con el mandatario afuera de la disputa, Marko se garantizaba la unidad de su propia tropa, como ya explicó LPO. Enfrente queda la figura, sobre todo, de Roberto Gil Zuarth. Se configura así un escenario de "continuidad o cambio" también en el panismo.  

El joven diputado arrancó esta mañana su campaña pública por lograr la dirigencia del Acción Nacional con un discurso fuerte de unidad, en donde habló más de sumar que pensar en expulsar a personajes que fueron opositores al liderazgo de Ricardo Anaya, aunque advirtió que respetaría el proceso abierto en contra de Ernesto Cordero.

En un claro mensaje a los gobernadores "rebeldes", Cortés contó que ya se reunió con varios mandatarios. "Debemos perdonarnos los errores entre todos. Todos tenemos una parte en la responsabilidad del resultado electoral y con ese análisis y reflexión podemos reconstruir nuestro partido basados en nuestros principios y doctrinas", dijo, mostrando una faceta menos conflictiva que Zepeda.

"Debe haber un reencuentro entre panistas que nos lleve al diálogo para construir la unidad. Va a ser muy difícil este reto de ser la primera fuerza en oposición con una sola voz, en una sola dirección", concluyó quien trabajó como comisario política de Anaya en el Congreso de la Unión.