Hoy es el cuarto dÃa de la crisis polÃtica y de comunicación que Donald Trump disparó en la cumbre de Helsinki. Ahora fue el director de Inteligencia Nacional de Estados Unidos el que dio una entrevista insólita en la que criticó las acciones del presidente en su encuentro con Vladimir Putin el lunes pasado.
A pregunta expresa, el más alto asesor en temas de inteligencia del presidente dijo que él hubiera preferido manejar el encuentro entre los lÃderes de otra manera.
"Si me hubiera preguntado cómo debÃa ser conducida [la cumbre], yo hubiera sugerido una forma diferente, pero ese no es mi papel", dijo el funcionario. "Asà son las cosas".
Al parecer Trump no ha informado a su equipo de inteligencia qué es lo se habló en la reunión a puerta cerrada o si se alcanzó algún compromiso o acuerdo con Rusia, por lo menos no lo hizo con Coats: "No sé qué ocurrió en esa reunión", respondió el funcionario.
Se trata de declaraciones insólitas no sólo porque es un funcionario de primer nivel, sino por la propia naturaleza de un presidente que detesta la mera percepción de que está siendo contrariado o ridiculizado. Se sabe que esa fue una de las razones por las que otros exfuncionarios como Rex Tillerson, quien llamó "imbécil" a Trump, y Steve Bannon fueron echados de la administración.
Desde el lunes pasado Coats decidió tomar una postura clara que podÃa costarle el cargo cuando salió y abiertamente contradijo lo que Trump habÃa declarado frente a los medios. El director de Inteligencia Nacional fue el primer alto funcionario en insistir en que Rusia efectivamente habÃa intervenido la elección de 2016 y que asà se lo habÃan informado al presidente.
Cuando Trump desconoció las conclusiones de sus propias agencias de inteligencia de pie junto a Vladimir Putin, decenas de legisladores y exfuncionarios condenaron al presidente, sin embargo, uno de los más indignados fue John Brennan, exdirector de la CIA en la era de Obama, quien de plano llamó a Trump traidor.
Anoche el New York Times publicó un reporte explosivo que asegura que a Trump le mostraron desde 2017 evidencia sólida de que Vladimir Putin habÃa ordenado directamente los ataques cibernéticos durante la elección, y que desde entonces ha fingido que no tiene certeza de lo ocurrido. Cada vez que dice que Rusia sà hackeó la elección agrega que también "pudo ser alguien más", lo hizo incluso esta semana, cuando le llovieron crÃticas por sus declaraciones.
De paso, la Casa Blanca hoy salió a decir que Trump iba a rechazar la "oferta increÃble", como él mismo la llamó, que le hizo Putin el lunes y que consistÃa en entregar al régimen ruso a ciertos ciudadanos de Estados Unidos para que fueran interrogados por supuestos crÃmenes en Rusia. Entre ellos un exembajador de Estados Unidos y un activista de derechos humanos célebre. Ayer los medios reportaron que Trump estaba "analizando con su equipo" la propuesta. Ante las crÃticas el presidente decidió no aceptar la idea.
A pesar del increÃble costo polÃtico que su reunión con Putin ha tenido, hoy la Casa Blanca confirmó que Trump va a invitar al presidente ruso a una segunda cumbre en el otoño, pero esta vez la cede serÃa Washington D.C. Cabe recordar que el próximo 8 de noviembre son las elecciones intermedias en las que los republicanos corren el riesgo de perder el control del Congreso.
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