Alejandro Murat se encuentra en una situación histórica para el poder político de su familia en Oaxaca. Su padre José Murat gobernó la entidad sureña con mano de hierro, como el clásico mandatario del PRI en un estado de 571 municipios,  más de diez etnias indígenas y decenas de conflictos sociales de distinto tipo.

Pero ahora Alejandro deberá cogobernar lo que queda de su sexenio con Morena que en la elección del 1 de julio arrasó en el Congreso local, en la contienda del Senado y en las principales alcaldías. Todo un desafío para un ejecutivo estatal que hoy por hoy está compartimentado en tres grupos políticos: el del gobernador, el de su esposa (centraliza la política social) y el de su padre.

Hay tres figuras de Morena a seguir de cerca en la entidad. Uno es Ericel Gomez, quien se encamina a dirigir la bancada morenista en el Congreso local.  Fue senador y diputado federal en el pasaso, tiene nexos en el Poder Judicial estatal y es el dueño del periódico más influyente de la vida oaxaqueña: "Noticias de Oaxaca", matutino que en su momento llevó un enfrentamiento total contra el ex gobernador Ulises Ruíz, que por estos días quiere echar a Enrique Peña Nieto del PRI.

Luego aparece Susana Harp, que será senadora por Morena y que tiene llegada directa a Yeidckol Polevnsky. Se trata de la sobrina del magnate Alfredo Harp Helú, quién según pudo constatar este medio, se encuentra un tanto distanciado de su sobrina. Ex dueño del Banamex, respaldó abiertamente la campaña de José Antonio Meade.

Finalmente aparece Oswaldo García Jarquín, flamante alcalde electo de Oaxaca de Juárez, la capital estatal. En el pasado participó en diferentes movimientos sociales y ya había sido candidato de Morena anterioremente. García tuvo una campaña en contra de intensa guerra sucia al punto de filmarlo durmiendo en una camioneta de Morena tras compartir unas copas  de más con sus colaboradores directos.