Los 10 días restantes en los que el Tribunal Electoral del Estado (TEE) dará sentencia de la audiencia de pruebas y alegatos en torno a los juicios interpuestos contra la elección de Monterrey ha encendido las alarmas al interior del panismo de Nuevo León, en donde Raúl Gracia ha tomado la batuta en el cabildeo de este proceso.

Al tiempo en que el PRI estatal busca la ayuda de Los Pinos para llegar a los magistrados, el senador albiazul utiliza su fuerza para mantener la victoria de Felipe de Jesús Cantú gestionando a través de los contactos que mantiene en la entidad y la Federación.

La presión del panismo sobre Raúl Gracia llega en un momento en el que el líder albiazul se encuentra con una imagen golpeada luego de la histórica derrota en San Pedro y el rumor de que él y Zeferino Salgado pactaron la victoria de Samuel García en el Senado para evitar una posible candidatura de Víctor Fuentes a la gubernatura.

Al tiempo que el magistrado ponente Carlos Leal admitió ya las mil 700 pruebas de impugnación entregadas por Adrián de la Garza, Gracia cabildea estos días para defender la victoria de una candidatura que terminó por avalar pese a que originalmente tenía otras figuras en mente antes que Felipe, como Baltazar Martínez, Juan Carlos Ruiz o Adrián González.

La presión llega además en un momento en el que Zeferino buscaría hacerse del control del partido. Meses atrás, Salgado hablaba de retirarle a Mauro Guerra la dirigencia del PAN en caso de que no se consiguieran las victorias en Monterrey y Guadalupe.

Con esto, Gracia deberá concentrar su cabildeo no solo en gestionar junto a los magistrados del tribunal, sino de buscar imponer el criterio impuesto por la CEE que señalaba que el PRI no tiene suficiente evidencia para demostrar irregularidades en la elección.